De esta forma, el Ejecutivo británico renueva la remesa de estos elementos que ya transportó a territorio ucraniano a finales de 2022, como señaló el Ministerio de Defensa en un comunicado.
En concreto, se enviarán a Ucrania misiles avanzados de corto alcance y de tipo aire-aire -es decir, lanzados desde una aeronave para destruir a otra aeronave, aunque se han desarrollado sistemas para poder dispararlos desde tierra-, o ASRAAM, por sus siglas en inglés.
De acuerdo con el comunicado, la efectividad de estos misiles es «muy elevada», con una tasa de acierto contra objetivos aéreos rusos «de hasta el 90 %».
Según el Gobierno, el objetivo de estos envíos es complementar «la crucial capacidad de defensa aérea de Ucrania para proteger a sus ciudadanos, la primera línea del frente y las infraestructuras nacionales críticas de los bombardeos rusos y de los ataques de drones».
El ministro británico de Defensa, Grant Shapps, manifestó su repulsa ante la última oleada de ataques aéreos del presidente ruso, Vladímir Putin, que este viernes dejaron al menos 22 civiles muertos y 130 heridos en Ucrania.
«La remesa de defensa aérea de hoy envía un mensaje innegable frente a la barbarie rusa de que el Reino Unido continúa estando absolutamente comprometido con apoyar a Ucrania», expresó.
Al mismo tiempo, Shapps elevó una petición internacional a otros países para «unirse y redoblar los esfuerzos para llevar a Ucrania lo que necesita para ganar».
Desde que comenzó la invasión rusa de Ucrania, el 24 de febrero de 2022, el Reino Unido ha aprovisionado a Kiev de un escuadrón de tanques Challenger 2, tres baterías de cañones autopropulsados AS90, misiles de crucero Storm Shadow y drones de ataque de largo alcance, además de munición y entrenamiento para sus soldados, entre otras ayudas. EFE