Entre los detenidos del caso Metástasis, que investiga una red de corrupción alrededor de Leandro “el Patrón” Norero, consta una comunicadora institucional que, según la Fiscalía, lo ayudó con varias causas judiciales. Se trata de Mayra Salazar, una guayaquileña de 35 años que, además, sería una de las parejas sentimentales del narcotraficante.
Las conversaciones entre Salazar y Norero son parte de los chats que la Fiscalía tiene en su poder y que conforman las evidencias del caso Metástasis. En estos diálogos, ambos hablan sobre una relación sentimental que mantenían desde antes que “el Patrón” estuviera preso, aun a pesar de que él estaba casado.
Por esta razón, entre ambos hay mucha cercanía y confianza. Conversan sobre su día a día, y Salazar le cuenta, por ejemplo, sobre el avance de sus estudios en Derecho; espera llegar a ser abogada, para ser fiscal o jueza.
Ay, me siento como esa novela Dos mujeres, un camino”, le dice Norero a Salazar en una de estas conversaciones. Además, hablan sobre si ella podrá entrar a una visita íntima en la cárcel, algo que aparentemente nunca se concreta.
Salazar, además, le pide favores a Norero: le solicita una computadora cuando la suya se dañó. Le dice que de preferencia le envíe una MacBook, cosa que “el Patrón” gestiona y envía a un emisario a su casa rápidamente.
Pero, más allá de esta relación extramatrimonial, Salazar es considerada una ficha clave en la red de sobornos que Norero tejió dentro de la justicia. La mujer, que trabajaba en la Corte Provincial del Guayas, le ayudó a gestionar al menos dos decisiones judiciales.
Quién es Mayra Salazar
Mayra Salazar fue detenida a mediados de diciembre de 2023 como una de las piezas del caso Metástasis. Para esa fecha, aún trabajaba como comunicadora institucional de la Corte Provincial de Justicia del Guayas.
Además, es presidenta y miembro de la Fundación Renova, entre cuyos miembros aparece Rodolfo Espinel Molina, hermano del exministro Iván Espinel, preso por peculado.
Según su perfil de LinkedIn, antes trabajó en el ámbito privado en el área Comercial de TC Televisión. En el sector público, fue parte de equipo de Cristina Reyes (PSC) entre 2020 y 2021 en la Asamblea, y luego también trabajó con ella en el Parlamento Andino, entre enero y abril de 2023.
Y también gerenció la empresa MAS Producciones Prodmas, de propiedad de Daniel Salcedo, procesado por la corrupción hospitalaria durante la pandemia.
Es una mujer con contactos. Según las conversaciones mantenidas con Norero, es amiga de Salcedo, de “Ronny” (Aleaga) y de “Samara” (Ribera), la esposa del fallecido líder de Los Choneros, Jorge Luis Zambrano, alias “Rasquiña”.
Además, según le cuenta a Norero, trabajó en los primeros meses de la campaña de María Fernanda Vargas, entonces candidata correísta a la alcaldía de Simón Bolívar. Vargas, que resultó electa, ha negado conocer a Norero, pero sí admitió conocer a Salazar.
Sin embargo, el principal papel de Mayra Salazar, y el que investiga la Fiscalía, es cómo usó sus contactos en la Justicia para ayudar a “el Patrón” en las causas judiciales que él y su familia enfrentaban tras su detención, en mayo de 2022.
Las gestiones de Salazar
Mayra Salazar ayudó a Norero en dos causas judiciales: en el caso por lavado de activos en su contra y en el hábeas corpus de su hermana.
En el caso de lavado, ella era una de las intermediarias con el juez Ronald González, alias “Momia”. Según las conversaciones en el expediente de la Fiscalía, ella habló en varias ocasiones con el magistrado para interceder por Norero.
Además, Salazar también gestionó con los jueces provinciales Johan Marfetán y Adolfo Gaibor, quienes tuvieron en sus manos uno de los hábeas corpus con los que Norero intentó salir libre. Estos magistrados ratificaron el sobreseimiento de la madre de “el Patrón”, Betty T.
En estos casos, Salazar trabaja en coordinación directa con “Estimado”, uno de los abogados de Norero.
Mayra Salazar también ayudó en la gestión del hábeas corpus a favor de la hermana de Norero, Johanna Z., que se tramitó en Latacunga. Según los chats, ella ofrece hacer la gestión a través de un primo suyo que trabaja en la Judicatura de esa ciudad.
Los tres jueces del tribunal al que le tocó el hábeas corpus, a través de Salazar y su primo, piden USD 6.000 por la aprobación (USD 2.000 cada uno). Piden que el dinero sea depositado en la cuenta de una mujer, algo que Salazar gestiona directamente con Norero.
Pero, por problemas en el certificado médico, el hábeas corpus sólo fue aceptado parcialmente. Por ello, los jueces devuelven USD 4.000 a dos cuentas, de acuerdo a las indicaciones de “el Patrón” a Salazar.
Una donación que no se concretó
En agosto y septiembre de 2022, Norero y Salazar hablan sobre cómo coordinar una entrega de donaciones dentro de la Cárcel de Cotopaxi, donde estaba preso antes de ser asesinado, en octubre de ese año. Esta se haría a través de la fundación que Salazar dirigía.
Entre ambos, planificaron hacer unas brigadas odontológicas y unas donaciones alimenticias. Para esto, “el Patrón” le entregó una lista que Salazar presupuestó. Las cotizaciones fueron enviadas a finales de septiembre, días antes del asesinato.
La idea era que en esa donación Salazar pudiera ingresar a la cárcel otros objetos pedidos por Norero, entre ellos una televisión. “Armas no”, le advierte.
Sin embargo, la donación nunca llega a concretarse.