Los propios usuarios de programas de desintoxicación de drogas de Guayaquil lo advierten: El fentanilo está en la calle. Y la Dirección de Salud detectó desde agosto pasado síntomas de adicción al potente opioide entre consumidores de ‘hache’ y heroína en la urbe.
Así lo explica Juan Carlos González, director de Salud e Higiene del Municipio de Guayaquil, para quien se requiere confirmar la presencia del fentanilo de forma oficial para establecer protocolos de atención, de prevención y articular respuestas con el Gobierno Nacional.
“Hemos detectado entre pacientes sospechosos relajamiento del cuerpo, especialmente de los músculos de la espalda, por lo que se encorvan. Como el fentanilo es un fuerte sedante, la frecuencia respiratoria baja”, describe el médico.
Guayaquil registra siete casos sospechosos de consumo de fentanilo, en jóvenes de entre 18 y 19 años, según González. Y el Municipio adquirió 500 pruebas rápidas de diagnóstico para confirmar la circulación en las calles del opioide, hasta 50 veces más potente que la heroína.
Fentanilo mezclado con ‘hache’
De hecho, opioides como la heroína y la ‘hache’ -que deviene de un corte de heroína con una menor pureza y mayores mezclas- son la ruta más probable para la introducción del fentanilo en la ciudad, según el médico. También se mezcla fentanilo con cocaína, dice.
“Las pastillas de fentanilo las hacen polvo y las mezclan con drogas como la heroína, con lo que potencializan la dosis. El consumidor tal vez ni sabe lo que está mezclado en la droga”. Juan Carlos González, director de Salud de Guayaquil
Hasta ahora las pruebas para casos sospechosos en Guayaquil dan positivo para opioides, pero sin poder establecer si se trataba de morfina, heroína y fentanilo, o una mezcla de todas estas sustancias.
Las 500 pruebas para detectar consumo de fentanilo se aplicarán desde el miércoles 15 de noviembre en el centro de tratamiento para varones del Hospital Bicentenario (centro) y en el centro de desintoxicación municipal para mujeres de Bastión Popular (norte).
La Municipalidad adquirió las pruebas en Estados Unidos con una inversión de USD 990. Se trata de un test que se introduce en un recipiente con orina, como una prueba de embarazo, y en cinco minutos arroja el resultado.
Estudiantes, entre población vulnerable
La edad promedio del primer consumo de heroína en Ecuador se produce entre los 14 y 15 años.
González dice que la edad para iniciar el consumo de drogas se está reduciendo cada vez más en la ciudad, incluso desde los 12 y 13 años, por lo que se requieren delinear planes de prevención dirigidos a estudiantes y padres de familia.
De hecho, el Municipio ya organiza charlas en planteles educativos, pero como el ente rector es el Ministerio de Educación se requiere tramitar permisos para las sesiones.
Otra de las aristas del problema es que la población menor de edad con problemas de adicción no puede -por su vulnerabilidad- acceder a la desintoxicación con internamiento y su tratamiento se limita a menudo a una ayuda psicológica, de acuerdo al médico.
La prevalencia anual de consumo en estudiantes de primero y tercero de bachillerato en el país es de cerca del 3% (entre 15 y 17 años, de media) y del 1,72%, en alumnos de noveno (13 o 14 años). En tiempos previos a la pandemia eso representó 11.865 estudiantes en el país.
Mientras que la prevalencia de consumo en población joven de la heroína y derivados como la “hache” se concentraban en cantones como Guayaquil, Santa Elena y Manta, según una evaluación de la Dirección Nacional de Investigación Antidrogas, entre 2019 y 2022.
Trazas de fentanilo en la heroína
De hecho, el estudio determinó que entre las sustancias adulterantes o de corte de la heroína se encontraron trazas del propio fentanilo, pero también de cafeína, clenbufetrol, fenobarbital, fenolfateína, morfina, paracetamol, niacinamida, rimfon, teofilina o xilacina.
La forma de consumo de la heroína tradicional es vía inyección intravenosa. Pero ahora los consumidores también la inhalan, aspiran o fuman en busca de euforia, calidez y relajación. El consumo causa pérdida de peso, malnutrición o enfermedades hepáticas.
Las autoridades advierten que la mezcla de heroína con fentanilo puede provocar paros respiratorios por sobredosis, falla renal o hepática.
El síndrome de abstinencia es más fuerte y la compulsión por consumir se reduce de tres horas a 20 minutos: en menos de un año, el consumo es crónico.
En Estados Unidos, el consumo de fentanilo es responsable de la muerte de 100.000 personas al año.
Hasta ahora el único decomiso de fentanilo registrado en la ciudad fue de ampollas de uso médico (y no de la droga de diseño sintético), el 18 de septiembre de 2023, en el sector comercial de La Bahía.