Más de 2.400 personas murieron en el sismo de magnitud 6,3 que sacudió el 7 de octubre la región de Herat, en el oeste de Afganistán, informó el 8 de octubre el gobierno talibán, mientras los socorristas buscaban supervivientes en las aldeas arrasadas.
El sismo, que sacudió regiones ubicadas a 30 kilómetros al noroeste de la ciudad de Herat, fue seguido de ocho fuertes réplicas.
“Han muerto más de 2.400 mártires en 13 localidades. Más de 2.000 personas resultaron heridas. 1.320 casas han quedado completamente destruidas”, escribió el portavoz del gobierno de los talibanes, Zabihullah Mujahid, en la red social X, antes conocida como Twitter, citando a la agencia de gestión de catástrofes.
El balance de víctimas fatales aumentó bruscamente este domingo, ya que un poco más temprano las autoridades habían dado un balance de más de 1.000 muertos.
En la aldea de Sarboland, ubicado en el distrito de Zinda Jan, una zona cercana al epicentro, decenas de casas quedaron destruidas.
Grupos de hombres buscaban con palas a sobrevivientes entre los escombros de las viviendas, mientras que las mujeres y niños esperaban a la intemperie entre las casas que quedaron arrasadas, con las pertenencias expuestas al viento.
Afganistán sufre terremotos con frecuencia, sobre todo en la cordillera del Hindu Kush, cerca de la unión entre las placas tectónicas euroasiática e india
En junio de 2022, un terremoto de magnitud 5,9, mató a más de 1.000 personas y dejó sin hogar a decenas de miles en la empobrecida provincia de Paktika, en el sureste del país.
Y el pasado mes de marzo, un terremoto de magnitud 6,5 mató a 13 personas en Afganistán y Pakistán, cerca de la ciudad de Jurm, en el noreste del país.
Afganistán se encuentra ya sumido en una grave crisis humanitaria, tras la vuelta al poder de los talibanes en 2021 y la consiguiente retirada de la ayuda internacional.
Con información de Primicias