La Ruta Viva, una vía crucial en Quito, y ha enfrentado un problema de drenaje en el valle, provocando inundaciones recurrentes.
En un recorrido técnico realizado por el equipo de la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop) en el sector de La Morita reveló cuatro factores clave que contribuyen a esta problemática:
Canal desbordante: En el puente vehicular de acceso oriental con dirección a la avenida Ruta Viva, un canal desborda hacia la vía principal y fluye hacia la parte baja de La Morita.
Taludes propensos a desprendimientos: La calle Antonia de León presenta taludes que son propensos a desprendimientos de material. Los sedimentos, piedra y tierra se dirigen hacia la misma zona baja del paso deprimido de La Morita.
Depósito de material pétreo: Un depósito de material pétreo en la zona contribuye al deslizamiento de materiales hacia la parte baja de La Morita.
Canal de riego obstruido: En la parte nororiental de la Ruta Viva, un canal de riego está obstruido y apenas funciona al 20% de su capacidad. Como resultado, el agua desborda hacia la calle Antonia de León, arrastrando materiales y sedimentos hacia la parte más baja del valle.
Los sedimentos de los taludes, el material pétreo y la falta de un sistema de alcantarillado pluvial, un sistema de drenaje de agua potable o manejo de riego, contribuyen al flujo directo de materiales desde la calle Antonia de León hacia el paso deprimido de la parte baja de La Morita.
Esta acumulación de materiales tapona el sistema de drenaje, agravado por las fuertes precipitaciones, lo que resulta en inundaciones en la zona.
Según la Epmmop, ellos han empezado a abordar esta problemática, incluyendo la construcción de una rejilla de captación de agua y un proceso de limpieza integral que se espera dure aproximadamente 15 días.
Estas medidas buscan mejorar el drenaje y mitigar las inundaciones en la Ruta Viva, garantizando la seguridad y la movilidad de los residentes de la zona.