A las dos semanas de que el huracán Lisa, de categoría uno, tocara tierra en Belice, el 2 de noviembre de 2022, un grupo de 13 brigadistas se desplazó al Atolón de Turneffe, un banco coralino de 30 kilómetros de largo, en el país centroamericano.
Después de evaluar los daños causados por el paso del huracán con vientos de 130 kilómetros por hora, los miembros de la brigada emplazados recolocaron 178 fragmentos de coral y pusieron algunos más en un vivero para su futura plantación.
Las actividades de rescate recibieron 175.000 dólares del Programa de Seguros para el Arrecife Mesoamericano (MAR, por sus siglas en inglés) creado por el Fondo MAR y la empresa de soluciones de corretaje y consultoría, Willis Towers Watson (WTW), que renovaron en junio pasado por tercer año consecutivo. El programa es un mecanismo financiero que utiliza un seguro paramétrico, el cual provee AXA Climate, para cubrir a los arrecifes de los daños causados por algún fenómeno meteorológico. Además del fondeo el programa opera actividades para su reparación. El monto destinado depende del tamaño del daño.
“Los huracacanes y tromentas cada día van en aumento y su poder de destrucción es mayor. Este tipo de soluciones da respuesta a eso”, dice Alejandro Contreras, director asociado del Centro de Clima y Resilencia de WTW.
El huracán Lisa puso a prueba este producto financiero cuyo propósito es resguardar de los efectos del cambio climático a alrededor de 1.000 kilómetros de arrecifes mesoamericanos, que abarcan México, Belice, Guatemala y Honduras, y en el que viven 65 especies de coral y más de 500 especies de peces.
“La estrategia funcionó como se había programado: se aplicó la alerta, la estrategia de comunciación, se llamaron a las brigadas y se implementó la respuesta”, dice Claudia Ruiz, coordinadora del programa de seguros MARFund, del Fondo para el Arrecife Mesoamericano.
El programa es un mecanismo financiero que utiliza seguros paramétricos que cubren a los arrecifes ante los daños causados por algún evento meteorológico mediante el fondeo de recursos y actividades dirigidas para su reparación.
¿Por qué un seguro para arrecifes?
En el caso de Belice, restaurar el Atolón de Turneffe ayudó a conservar una de sus fuentes de ingresos: el turismo asociado a los arrecifes representa 21% de los gastos turísticos en ese país, es decir, unos 220 millones de dólares anuales, según información del Fondo MAR.
Si bien estos ecosistemas tienen capacidad para recuperarse de forma natural tardan en hacerlo hasta 12 años. “Si queremos que el arrecife siga funcionando hay que darle una reparación inmediata, y el seguro paramétrico provee los fondos y la capacidad de respuesta para ello”, señala Ruíz.
El valor económico anual asociado al Sistema Arrecifal Mesoamericano (SAM) es de 4.500 millones de dólares dentro del cual están incluídas actividades turísticas, pesca comercial, además de que más de 2 millones de personas dependen de él para su sustento, según un estudio elaborado por Fondo MAR.
“El arrecife mesoamericano es la segunda barrera arrecifal más grande del mundo”, dice Claudia Ruíz. Además de visitar las playas coralinas, los turistas prefieren esta región debido a la biodiversidad submarina, alrededor de la cual se desarrollan actividades como buceo, esnórquel y parques marinos, que generan unos 700 millones de dólares.
El sector pesquero asociado a esos ecosistemas percibe ingresos por alrededor de 180 millones de dólares. Más allá de esas actividades económicas hay un valor del SAM menos obvio que tiene que ver con el servicio que presta como ecosistema ante huracanes y grandes tormentas.
La protección costera que ofrece el arrecife mesoamericano está valuada en 420 millones de dólares, por el costo de daños evitados en inundaciones y otros riesgos, tales como el aumento del nivel del mar y la erosión de las playas, según el estudio.
Un seguro no tradicional
Si bien los seguros paramétricos ya existían en el mundo asegurador, la mayor innovación de éste programa es el objeto que cubre. “Ya se conocían pero no existían para proteger a bienes naturales como los arrecifes”, señala Constance Wong, lideresa asociada del equipo de Ecosystem Reilience de WTW.
A diferencia de un seguro tradicional, en el seguro paramétrico la suma que paga la aseguradora, en este caso AXA Climate, depende de una serie de parámetros establecidos y que ocurren al momento del siniestro. “Hemos hecho un ejercicio de modelación del daño, según información previa y estudios centíficos sobre cómo los huracanes impactan a los arrecifes”, refiere Wong.
En este caso, agrega, para determinar la cantidad de recursos que se van a dispersar, más que los daños, se toma en cuenta la intensidad de los vientos y el sitio del arrecife por el que pasa el huracán. “Se trazan curvas concéntricas alrededor de cada sitio y en la medido que el huracán pasa más alejado se paga un poco menos”, explica Wong y agrega: “no es tan simple como un seguro que protege una casa la cual tiene un valor fijo”.
El seguro en cuestión cubre 12 puntos distintos del arrecife mesoamericano distribuidos entre México, Guatemala, Belice y Honduras. El monto del pago también varía si el huracán es categoría 5 o bien, categoría uno. Con base en la intensidad son los niveles de respuesta posibles, siendo el tercer nivel la respuesta máxima.
Pero el programa no solo contempla la distribución de fondos sino una capacidad de respuesta organizada con 140 brigadistas capacitados en la reparación de arrecifes. “Son personas involucradas en la conservación, el manejo de áreas protegidas y tienen capacidad organizativa”, además de ser locales y saber bucear, dice Claudia Ruíz.
Los cálculos realizados por WTW tras el paso del huracán Lisa confirmaron que la intensidad del viento alcanzó los 70 nudos, lo que desencadenó un desembolso de 175.000 dólares, que recibió el Fondo MAR dos semanas después del suceso para transferirlo a los brigadistas.
Ante el huracán Lisa, los brigadistas evaluaron la zona y determinaron que había sedimentación, remoción de arena, corales enterrados, volteados, pedazos de coral esparcidos. Tras la evaluación comienzan la reparación, que puede llevar meses, y le sigue una etapa de monitoreo.
Actualmente, dado el buen desempeño de este programa está en análisis el uso del seguro paramétricos para otros bienes naturales como los manglares. Ya existen soluciones para sequías e inundaciones. “Lo relacionado con el mar es materia nueva en esta industria”, dice Alejandro Contreras, de WTW.
Con información de El País de España