La deforestación en la Amazonía destruyó casi 20.000 kilómetros cuadrados de vegetación en 2022, un problema que sigue en aumento y que quieren frenar los ocho países que comparten esta área bioclimática mediante un esfuerzo conjunto que empezará a concretarse en la cumbre de presidentes que se celebrará la próxima semana en Brasil.
A excepción de Surinam y Ecuador -y a la espera de que el Congreso de Perú autorice el viaje a la presidenta Dina Boluarte-, Bolivia, Brasil, Colombia, Guyana y Venezuela estarán representados por sus jefes de Estado en la cumbre que se celebrará los días 8 y 9 de agosto de 2023 en Belém, según fuentes oficiales brasileñas.
Impulsada por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, la cumbre busca que los países amazónicos consoliden una posición unificada sobre la preservación del bioma, para presentarla en la próxima cumbre mundial del clima (COP28), en noviembre.
El reto no será fácil, teniendo en cuenta las necesidades de cada país y que uno de los asuntos centrales será cómo detener la destrucción de la selva. EFE