La violencia en Ecuador ha experimentado un incremento de casi el 60% en comparación con el año 2022, según datos de la Policía Nacional. Estas cifras plantean la preocupación de que el país pueda convertirse en uno de los más violentos de la región en este año 2023. Los delitos de sicariato, extorsión y otros crímenes, que afectan principalmente a las ciudades de la costa ecuatoriana, han trascendido las disputas entre bandas a las que el gobierno ha hecho referencia, llegando a comercios, barrios y escuelas.
En Guayaquil, la ciudad portuaria considerada como un centro logístico para el transporte de drogas desde Sudamérica hacia Norteamérica y Europa, las autoridades policiales y municipales están tomando medidas para intervenir en 29 escuelas ubicadas en las seis áreas más peligrosas de la urbe.
Como parte de las acciones destinadas a proteger a los miembros de la comunidad educativa en estas zonas, las autoridades evaluarán los posibles riesgos cercanos a las escuelas, mejorarán la infraestructura de cerramiento, instalarán luminarias adicionales y cámaras de videovigilancia. Estas medidas se complementarán con otros trabajos, como la mejora de vías, aceras y otros espacios públicos.
La Corporación para la Seguridad Ciudadana de Guayaquil se encargará de la implementación de cámaras y recuperación de los espacios públicos. Las direcciones del cabildo deberán ejecutar los planes de mejoras que incluyen a los parques, el manejo de desechos, reparación de calles y control del expendio de bebidas alcohólicas.
Nueva Prosperina, una cooperativa de viviendas ubicada al noroeste de Guayaquil, es la zona más violenta de la ciudad. Hasta mayo de este año se registraron 235 asesinatos. En el mismo periodo, en el 2022, las muertes violentas alcanzaron las 88. En este sector hay 153 unidades educativas, según la información recogida por Primicias. De estas, 101 tienen resguardo policial para los horarios de ingreso y salida de los estudiantes. Once escuelas se incluirán en el Plan de Escuelas Seguras por ser consideradas de alta prioridad, otras nueve serán intervenidas, según explicó al medio ecuatoriano Willian Villarroel, comandante de la Zona 8.
En el 2022, en Nueva Prosperina se distribuyeron panfletos con amenazas y extorsiones firmados por la banda Los Lobos. Una nota televisiva de Teleamazonas, publicada entonces, uno de los padres de familia indicó “que se están armando con palos, piedras, machetes y otros objetos” para cuidar a sus hijos.
La intervención a la que se refiere Villarroel incluirá “la gestión de seguridad 200 metros alrededor de los centros escolares. Eso contempla el control de ventas informales, además de señalética horizontal y vertical. También se levanta información respecto a la venta de drogas o de licor a menores de edad”, recogió Primicias. Además de la Policía y el Municipio, participarán también los Ministerios del Interior y de Educación, como la Gobernación de la provincia.
Además de los planteles educativos de Nueva Prosperina, también se intervendrán escuelas del Guasmo Sur, en el sur de la urbe. En estos centros educativos se han registrado amenazas y extorsiones de bandas criminales a los estudiantes, padres de familia y a los profesores. Incluso la policía tiene alertas del ingreso de estudiantes armados o con droga a las escuelas.
A pesar de que la Policía brinda protección a algunos centros educativos, estas medidas serían insuficientes. Según indicó a Primicias, Agustín Lindao, presidente Nacional de la Red de Educadores, los profesores de los barrios Monte Sinaí, Bastión Popular y de la Isla Trinitaria están en constante amenaza. En este años se han oficializado ocho denuncias por amenazas y extorsión a profesores. Esto, señaló Lindao, es un subregistro pues al menos un centenar de maestros han sido víctimas de estos delitos, pero por temor no los denuncian: “El rector de un colegio de la Isla Trinitaria no puede ingresar a la institución si no paga la extorsión y ha pedido su traslado. Y en Socio Vivienda (noroeste) alumnos amedrentan a los profesores, identificándose con bandas de sicarios, según dos de los reportes de la Red”, publicó el medio.
En enero de este año, en la cooperativa Balerio Estacio, al noroeste de Guayaquil, los moradores encontraron, en la puerta de ingreso a una escuela, un saco con un cuerpo descuartizado.
Por Infobae.