Un nuevo estudio ha dado rienda suelta a una nueva teoría sobre la cuestión del huevo y la gallina tras descubrir que los primeros antepasados de las aves y reptiles modernos podrían haber dado a luz a crías vivas, siendo así la gallina la respuesta que tanto ha ocupado a la humanidad.
Así, el estudio sugiere notar el resultado de una investigación, la cual ha descubierto que los primeros antepasados reptiles de las gallinas, que se remontan a millones de años antes de la evolución de los dinosaurios, podrían no haber puesto huevos como se pensaba.
Un nuevo planteamiento evolutivo
Los científicos han creído durante mucho tiempo que la puesta de huevos con cáscara dura desempeñó un papel crucial en el temprano éxito evolutivo hace más de 300 millones de años de los amniotas, un grupo de vertebrados que incluye mamíferos, aves y reptiles.
El estudio de 51 especies fósiles y 29 vivas encontró que los amniotas, no solo transicionaron del agua a la tierra a través de desarrollar el huevo amniótico (que contiene una membrana protectora dentro del huevo) como su mayor rasgo evolutivo, sino que implementaron una estrategia de reproducción flexible: retención prolongada del embrión, y vivíparos (que dan a luz crías vivas).
Los expertos afirman que, aunque el huevo de cáscara dura se ha considerado a menudo una de las mayores innovaciones de la evolución, esta investigación también implica que la retención prolongada del embrión -cuando las crías son retenidas por la madre durante un tiempo variable- proporcionó en realidad a este grupo concreto de animales la máxima protección.
El profesor Michael Benton, de la Facultad de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Bristol, declaró: “Antes de los amniotas, los primeros tetrápodos que desarrollaron extremidades a partir de aletas de pez eran de hábitos anfibios en general”.
Tenían que vivir en el agua o cerca de ella para alimentarse y reproducirse, como los anfibios modernos, como las ranas y las salamandras.
Cuando los amniotas aparecieron en escena hace 320 millones de años, fueron capaces de alejarse del agua desarrollando una piel impermeable y otras formas de controlar la pérdida de agua”. Pero el huevo amniótico era la clave.
“Se le consideraba como un “estanque privado” en el que el reptil en desarrollo estaba protegido de los climas cálidos y permitía al amniota alejarse de la orilla del agua y dominar los ecosistemas terrestres”.
Reproducción flexible
Y añadió: “Nuestro trabajo, y el de muchos otros en los últimos años, ha mandando al cesto de basura el modelo clásico del ‘huevo de reptil’ que aparece en los libros de texto”. Por su parte, el director del proyecto, el profesor Baoyu Jiang, añadió: “Este punto de vista estándar ha quedado en entredicho”.
Los biólogos han observado que muchos lagartos y serpientes presentan una estrategia reproductiva flexible que abarca la oviparidad y la viviparidad. A veces, especies emparentadas muestran ambos comportamientos, y resulta que las lagartijas vivíparas pueden volver a poner huevos mucho más fácilmente de lo que se suponía”.
El estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Nanjing y la Universidad de Bristol, se publica en Nature Ecology & Evolution.
Editado por Erick Elola con información de Daily Mail y Nature Ecology & Evolution.