Al observar imágenes de la Luna desde la Tierra, resulta evidente que se trata de un lugar desolado en comparación con nuestro propio planeta. Carece de agua, nubes y parece una cáscara muerta, desprovista de vida. No obstante, según cree de un científico de la NASA, la Luna podría ser mucho más intrigante de lo que aparenta.
Prabal Saxena, científico planetario del Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA, sostiene que existe la posibilidad de que haya vida microbiana en entornos tan hostiles como los de la Luna.
“Una de las cosas más sorprendentes que ha descubierto nuestro equipo es que, dadas las recientes investigaciones sobre los rangos en los que puede sobrevivir cierta vida microbiana, puede haber nichos potencialmente habitables para esa vida en zonas relativamente protegidas de algunos cuerpos sin aire”, declaró Saxena a Space.com.
Dicha vida microbiana podría estar albergada por los cráteres superfríos permanentemente ensombrecidos del polo sur lunar, que, según Saxena, pueden poseer las propiedades que permitan la supervivencia e incluso el crecimiento episódico de cierta vida microbiana.
Entre otras cosas, esto se debe a que algunas regiones de estos cráteres, en permanente oscuridad, no se ven afectadas por la radiación nociva del Sol, por lo que podrían ser un refugio seguro para microbios extremos.
El científico se pregunta así si formas de vida originadas en la Tierra, por ejemplo, pequeños fragmentos de nuestro planeta que podrían haber sido lanzados a la Luna en forma de “meteoritos terrestres” –rocas lanzadas al espacio por potentes impactos cósmicos–, podrían haber sobrevivido al viaje hasta allí.
Misión tripulada a la Luna Artemis 3
Y eso es más relevante que nunca, ya que la NASA aún tiene 13 lugares cerca del polo sur entre los que elegir para su próxima misión Artemis 3, la primera misión tripulada a la superficie de la Luna –que planea aterrizar a finales de 2025– desde que los caminantes lunares del Apolo 17 levantaran el polvo gris en diciembre de 1972.
Según Heather Graham, geoquímica orgánica del Centro Goddard de la NASA y miembro del equipo del estudio Saxena, se trata de una posibilidad real. Sin embargo, eso no significa que los microbios terrestres también hayan sobrevivido a ese viaje al espacio profundo.
“Aunque la transferencia extraterrestre de moléculas orgánicas de fuentes meteoríticas es muy probable, y de hecho se ha observado en nuestro propio análisis de meteoritos terrestres, la transferencia de microbios de fuentes similares no tiene el mismo peso de evidencia”, dijo Graham. “Puede ser una idea interesante, pero sin datos viables esta vía no puede incluirse en este estudio”, agregó.
Viaje en un módulo de aterrizaje lunar
Del mismo modo, los científicos de la NASA no descartan la posibilidad de que los humanos dejaran microbios en la Luna la última vez que estuvieron allí.
“Vemos a los humanos como el vector más probable [de microbios] dados los amplios datos que tenemos sobre nuestra historia de exploración y el registro de impacto como una segunda, aunque menos influyente, fuente terrestre temprana”, dijo Graham a Space.com.
Una de las razones que respalda la posibilidad de que los microbios puedan sobrevivir en condiciones similares a las de algunas áreas de la superficie lunar se basa en ejemplos recientes y sorprendentes de diversos microorganismos que han logrado resistir tales condiciones.
Un caso destacado es el de la bacteria Deinococcus radiodurans, la cual se descubrió que sobrevivió en el exterior de la Estación Espacial Internacional (EEI) durante un año. Este microorganismo demostró una increíble capacidad de resistencia a la radiación y otros factores adversos del espacio.
Además, los tardígrados, también conocidos como osos de agua, han demostrado su resistencia al sobrevivir fuera de la EEI y estar expuestos a las condiciones extremas del espacio.
“Actualmente estamos trabajando para comprender qué organismos específicos pueden ser los más adecuados para sobrevivir en esas regiones”, declaró Saxena a Space.com.
Aunque actualmente no se han encontrado microbios en la Luna, es muy probable que aparezcan si los humanos comienzan a explorar su superficie. Según Saxena y su equipo, si sus afirmaciones son correctas, estos microorganismos no solo podrían sobrevivir, sino también multiplicarse y desarrollarse en los cráteres permanentemente sombreados de la Luna, tal como informa Space.com.
“Es casi seguro que depositaremos esporas abundantes en micronichos protegidos donde la temperatura máxima y las características de protección contra la radiación de ese lugar les permitirán persistir”, dijo Graham. “Este es el extremo de ‘supervivencia’ de la escala con esporas presentes”.
Editado por Felipe Espinosa Wang. DW.