Charles Philip Arthur George, es el primogénito de la fallecida Reina Isabel II y el que asumirá el trono que dejó su madre, convirtiéndose así en el rey Carlos III. Es de conocimiento público que el Palacio de Buckingham se encuentra ocupado ultimando detalles para la coronación del nuevo monarca de Inglaterra, ceremonia que se realizará el próximo 6 de mayo en la iglesia de la abadía de Westminster, en Londres.
Antes de su muerte en 2022, la reina Isabel II expresó sus deseos de que Camila se convirtiera en reina consorte al discutir la ascensión al trono del entonces príncipe Carlos: “Cuando, en la plenitud de los tiempos, mi hijo Carlos se convierta en rey, sé que le darán a él y a su esposa Camila el mismo apoyo que me han dado a mí. Y es mi sincero deseo que, cuando llegue ese momento, Camila sea conocida como reina consorte mientras continúa su propio servicio leal”, aseguró la difunta reina en su mensaje para conmemorar su Jubileo de Platino.
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La esposa del máximo monarca del Reino Unido, Carlos III, ha sido confirmada de manera oficial como la reina Camila por primera ocasión, luego que el palacio real utilizó ese título para nombrarla en las invitaciones al magno evento.
Camila, quien hasta el momento había sido identifica como la reina consorte, tiene el mismo estatus que su esposo en las ornamentadas invitaciones de estilo medieval que serán enviadas a más de dos mil personas, pero no hace falta formar parte de ese selecto grupo para poder verlas, pues el martes pasado la casa real las hizo públicas.
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Esta nueva invitación a la coronación del rey Carlos y la reina Camila se asemeja mucho a la emitida para el acto de coronación de Isabel II en 1953, aunque la de ahora cuenta con más color. Carlos, con tan solo cuatro años asistió y recibió su propia invitación, decorada con el león y el unicornio del escudo de armas real. Ha tenido que esperar siete décadas para él ser el protagonista de la ceremonia.
El Palacio de Buckingham reveló nuevos detalles
La discreta ceremonia del 6 de mayo seguirá estando impregnada de antiguas tradiciones y adornada con los ornamentos reales de las Joyas de la Corona, pero también contará con su propio emoji, reflejo de la primera coronación británica de la era de las redes sociales. La de la reina Isabel II fue la primera coronación televisada hace 70 años.
Rompiendo con la tradición, Carlos y Camilla, la reina consorte, saldrán del palacio de Buckingham en la carroza de Estado del Jubileo de Diamante, de color negro dorado, tirada por caballos y construida para el 60 aniversario de Isabel. Dispone de calefacción, aire acondicionado, elevalunas eléctricos y un sistema de suspensión que hará que el viaje sea más cómodo que el de su madre durante su entronización.
El recorrido, de 2 kilómetros, es algo más corto que el que hizo Isabel hasta la iglesia real. La procesión pasará por Admiralty Arch, por Trafalgar Square y una estatua de Carlos I, el monarca decapitado en 1649, y por las cámaras del Parlamento antes de llegar al servicio religioso de las 11 de la mañana.
Aunque Carlos quiere demostrar que la monarquía sigue siendo relevante en la Gran Bretaña moderna y multicultural, ha dicho que planea adelgazar la institución. Se espera que la coronación lo refleje con una ceremonia más corta y menos extravagante que el servicio de tres horas con el que se instauró a Isabel II.
No obstante, la coronación de Carlos y Camilla incluirá gran parte de los valiosos ornamentos utilizados durante siglos, como cinco espadas simbólicas, dos cetros y el Anillo del Soberano, de zafiro con una cruz de rubí engastada con diamantes.
Camilla, que llevará la Corona de la Reina María, sostendrá un controvertido cetro de marfil. Gran Bretaña tiene una prohibición casi total de comerciar con productos de marfil de elefante y el Príncipe Guillermo, heredero al trono, ha hecho campaña contra el tráfico ilegal de partes de animales.
Durante la solemne ceremonia dirigida por Justin Welby, arzobispo de Canterbury, Carlos será coronado rey con la Corona de San Eduardo, la pieza central de las Joyas de la Corona que cada año contemplan millones de personas en la Torre de Londres.
La corona, en la que se inspira el emoji de la coronación, tiene una montura de oro macizo de 2,2 kilos engastada con rubíes, amatistas, zafiros, granates, topacios y turmalinas, y lleva un casquete de terciopelo púrpura y una banda de armiño. Lo llevó Isabel durante su coronación y ha sido reajustado para su hijo.
Al final de la ceremonia, Carlos cambiará a la Corona Imperial de Estado, más ligera, para la procesión de regreso al palacio.
A diferencia del recorrido de 8 kilómetros que Isabel y su marido, el príncipe Felipe, hicieron por Londres en 1953, Carlos y Camilla regresarán por donde vinieron, pero en un carruaje de 260 años de antigüedad utilizado en todas las coronaciones desde la de Guillermo IV en 1831.
El Gold State Coach, que pesa 4.000 kilos y es tirado por ocho caballos, es conocido por su dureza.
Isabel lo describió como “horrible”, la Reina Victoria se quejó de su “angustiosa oscilación” y Guillermo IV -conocido como el Rey Marinero- dijo que era como “estar a bordo de un barco zarandeándose en un mar embravecido”.
“Cuando lo sigues, puedes oírlo crujir y suena como un viejo galeón en marcha”, dice Martin Oates, que ayudó a restaurarlo y va detrás como frenador. “No es exactamente una lavadora, pero mientras otros vehículos van de atrás hacia delante, éste se mueve de lado a lado”.
La carroza dorada es tan pesada que sólo puede desplazarse a paso de hombre. De este modo, la gente tendrá más tiempo para ver a los recién coronados.
Las tropas militares en desfile saludarán a los reyes en los jardines del palacio de Buckingham, seguidos de tres hurras por parte de los miembros del servicio.