Un terremoto de magnitud 7,8 ha sacudido a Turquía y Siria dejando un balance provisional de más de 1.800 muertos en ambos países y miles de heridos.
Las bajas temperaturas dificultan los rescates
Las labores de rescate en los próximos días podrían verse dificultadas por las difíciles condiciones meteorológicas que se avecinan en algunas de las zonas afectadas. En la región turca que rodea el epicentro del primer seísmo se esperan lluvias torrenciales, mientras que las temperaturas sólo alcanzarán los -3-4ºC durante el día y estarán muy por debajo del punto de congelación por la noche.
Suspendidas las clases durante una semana en las zonas afectadas
Las escuelas de las 10 ciudades y provincias de Turquía afectadas por el terremoto permanecerán cerradas durante una semana, según el vicepresidente del país, Fuat Oktay. Las ciudades y provincias son Kahramanmaraş, Hatay, Gaziantep, Osmaniye, Adıyaman, Malatya, Şanlıurfa, Adana, Diyarbakır y Kilis.
Las Fuerzas Armadas de Turquía han instaurado este lunes un corredor aéreo para permitir el traslado de ayuda y equipos de rescate a las zonas afectadas por el terremoto de magnitud 7,8 en la escala abierta de Richter registrado durante la madrugada en la provincia de Kahramanmaras.
Unos 3.000 edificios derribados en ambos países. Las autoridades turcas han afirmado que hay también 2.824 edificios derrumbados debido al seísmo. En Siria todavía no hay cifras claras, pero la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) en el país ha afirmado que en el noroeste del mismo, una zona mayoritariamente controlada por los rebeldes, hay al menos 170 edificios dañados.