Expediciones realizadas por autoridades y ONGs en el volcán Wolf de la isla Isabela, en Galápagos, registraron las primeras crías de iguana rosada (Conolophus marthae) observadas en sus diferentes estados de desarrollo.
El hallazgo fue realizado por guardaparques de la Dirección del Parque Nacional Galápagos, con el apoyo de Galápagos Conservancy a través de la Fundación Conservando Galápagos. En los últimos meses, el equipo expedicionario documentó sitios de anidación y detectó tanto nidos activos como neonatos e iguanas rosadas juveniles de diferentes edades.
El análisis genético para confirmar el hallazgo está en curso. Mientras, las cámaras trampa ocultas, desplegadas por el equipo en todo el volcán, registran amplia evidencia de anidación de esta especie, pero también la amenaza que representan las especies introducidas que se encuentran en la zona.
Para Danny Rueda Córdova, director del Parque Nacional Galápagos, “este descubrimiento es un avance significativo que permite identificar un camino para salvar a la iguana rosada”.
Según el funcionario, conocer todos los aspectos que haga vulnerable su existencia “nos permitirá ejecutar acciones oportunas, principalmente en contra de especies invasoras y así evitar que se interrumpan los ciclos naturales de estos frágiles ecosistemas”.
Estación de investigación
Por su parte, Luis Ortíz-Catedral, experto en reptiles y asesor científico del proyecto, mencionó que “este hallazgo fue posible gracias a la metodología experimental diseñada en el campo por los guardaparques Johanes Ramírez y Jean Pierre Cadena. Ellos fortalecieron sus habilidades de manejo y capacidades de investigación para obtener información crítica que permitió la localización de nidos y neonatos”.
El volcán Wolf es uno de los lugares más remotos en los que la autoridad ambiental ejecuta acciones de conservación. Por ello se instaló una estación permanente de investigación y monitoreo de la biodiversidad del volcán.
Esta infraestructura fue posible gracias al financiamiento de Galápagos Conservancy y el apoyo de Fundación Jocotoco. Con ellos se ejecutan actividades de monitoreo y control de especies introducidas, especialmente en las zonas de alto valor ecológico. Esto con el fin de mitigar el impacto que ocasionan sobre el ecosistema y la restauración de la población de iguana rosada.
“Contar con una estación de investigación y monitoreo, permitirá mantener a guardaparques e investigadores a tiempo completo en el volcán. Así se logra una adecuada colecta de datos para llenar los vacíos de información tanto sobre la iguana rosada como el resto de biodiversidad. Además, desarrollar un programa de monitoreo a largo plazo sobre la dinámica de este ecosistema”, dijo Washington Tapia, director de Galápagos Conservancy y Conservando Galápagos.