Tradicionalmente, la Navidad en Ucrania era una fecha de fiesta y alegría, donde se realizaban actividades que se han transmitido entre generaciones. Había particularidades en distintas zonas, debido a la combinación de creencias cristianas y religiones tanto orientales como occidentales. Este año, todo eso parece haber quedado lejos y la ocasión tendría otro matiz por el conflicto con Rusia. El 24 de diciembre simbolizará también 10 meses de la ocupación en el territorio ucraniano.
En la antesala de las fiestas decembrinas, el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, propuso al gobierno de Rusia un acuerdo de paz que contemplara el cese de las hostilidades antes de terminar el año: “Sentimos que está más cerca una oportunidad de usar la diplomacia para lograr la liberación de todos nuestros pueblos y todos nuestros territorios”, expresó a través de un comunicado oficial.
No obstante, el portavoz del gobierno de Rusia, Dmitri Peskov, rechazó la propuesta y afirmó que una posible retirada militar de Ucrania “no era planteable”. De igual manera, calificó el plan de esa nación como una estrategia “para continuar las hostilidades”.
La propuesta de Zelensky también contenía una petición extraordinaria para que los gobiernos de Europa auxiliaran a su población con suministro de gas, misma que hasta ahora no ha tenido respuesta: “Necesitamos apoyo adicional para este invierno. Estamos hablando de un volumen de alrededor de dos mil millones de metros cúbicos, esto es lo que se debe comprar adicionalmente”.
El papa Francisco pide ayudar a la gente de Ucrania
En su audiencia semanal más reciente, el papa Francisco pidió a los católicos del mundo que organizaran una Navidad “humilde”, en la que se redujeran los gastos para donar el dinero a la “gente de Ucrania que sufre”.
“Pasan hambre, sienten el frío. Muchos mueren porque no hay médicos ni enfermeras a mano”, dijo el líder de la Iglesia católica desde El Vaticano. “No lo olvidemos. Una Navidad, sí. En paz con el Señor, sí. Pero con los ucranianos en el corazón”, complementó Francisco.
La semana pasada, el sumo pontífice se mostró muy sensible y lloró al mencionar el sufrimiento de los ucranianos durante la invasión. Su voz se escuchó temblorosa y tuvo que hacer una pausa. En ese instante, los asistentes a la oración, incluido el alcalde de Roma, Roberto Gualtieri, mostraron un gesto y lo apoyaron con un respetuoso aplauso.
Asimismo, en días pasados, el gobierno de Rusia protestó por esos dichos de la autoridad católica, que atribuyó la mayoría de la “crueldad” en el conflicto al gobierno liderado por Vladímir Putin.
Una Navidad distinta en Ucrania
Como en muchas partes del mundo, en Nochebuena las familias ucranianas suelen reunirse para disfrutar de la cena. En este caso, consta de un menú con 12 platos diferentes que representan a los 12 apóstoles de Jesús. Tras la convivencia, se bendice un pan trenzado y redondo conocido como “kolach”, que simboliza la estrella de Belén, y se comparte entre todos.
Una diferencia sustancial de la Navidad ucraniana con la que se extiende en América es que durante estos días los niños esperan ver a “Ded Moroz” (Abuelo Escarcha), quien es el equivalente al occidental Santa Claus. Ahí, los regalos suelen aparecer la noche del 31 de diciembre al 1 de enero. El mismo día de Año Nuevo, los ucranianos se vuelven a reunir en casa para compartir un pan especial llamado “bubliki”, que parten en trozos mientras se desean prosperidad.
¿Qué religiones hay en Ucrania?
La religión dominante en Ucrania es el cristianismo ortodoxo oriental, que representa el 62 % de la población. Esta religión se divide en tres ramas principales: la Iglesia Ortodoxa Ucraniana (Patriarcado de Kiev), la Iglesia Ortodoxa Ucraniana (Patriarcado de Moscú) y la Iglesia Ortodoxa Ucraniana Autocéfala. El catolicismo romano es el segundo grupo religioso, con un 8% de la población, según los reportes.
Otros grupos representados son: el protestantismo, el islam, el judaísmo y el budismo. Ucrania ha experimentado un aumento de la diversidad religiosa debido a la inmigración procedente de otros países europeos fieles del hinduismo, el sijismo o la fe bahai.
Esta nación cuenta con una de las leyes más progresistas de Europa en materia de libertad religiosa. La Constitución garantiza a todos los ciudadanos el derecho a la libertad de conciencia, siempre que no infrinja el orden público o las normas sanitarias.