El gato es un ser maravilloso, creo que no hay duda y que, convengamos, es uno de los seres animales más perfectos que existen. Pero si le faltaba una cualidad, esa cualidad remata en que el maullido del gato, de hecho los egipcios lo llamaban “miu”, es decir una onomatopeya para darle nombre al animal, el maullido del gato solo lo ejecuta para el ser humano.
O sea, estableció un lenguaje o una forma de hablar, una forma de comunicarse vocalmente, para comunicarse con un gato de dos patas, extraño, pero que provee el alimento y que necesito. Si yo fuera gato pensaría de esta manera.
El maullido del gato es la manera de expresar necesidades o vínculos con el ser humano. Por supuesto que hay tipos de animales, razas de animales, que son vocalizadoras.
Por ejemplo, el gato siamés. El gato siamés yo digo que es una cruza, es una manera de decir, entre mono, perro y gato. Pero, además, con una vitrola dándole, con una radio permanentemente, porque todo lo expresa vocalizando.
Y esto tiene que ver con su cualidad de perro, de necesitar vincularse con el ser humano. Por lo tanto, vocaliza mucho más que cualquier otro animal y esto lo hace un ser diferente también dentro de los propios gatos.
Un estudio hecho entre tutores de gatos mostró que cuanto mejor vínculo y más tiempo de convivencia tiene una persona con su gato, mejor comprende sus maullidos.
Muchos tutores llegan a comprender la casi totalidad de la variedad de maullidos que emite su gato con solamente escucharlos, sin verlos. El maullido del gato, es la voz de alerta hacia el ser humano. Nunca jamás vas a encontrar que un gato le maulle a otro para pedirle algo, para requerir alguna cosa o, tal vez, para pelearse o amigarse con él.
Esto es sorprendente, ya que normalmente, cuando un gato maúlla, obtenemos mejor información sobre que pretende con esa voz ubicándonos en el contexto, sobre todo por la ubicación (delante de la puerta, cerca de una bandeja sanitaria con sus piedritas sucias, etc.), a eso le sumamos la hora del día y el lenguaje corporal.