Al menos 17 personas han perdido la vida como consecuencia del paso del huracán Ian por el estado de Florida, señalan las autoridades locales. La combinación de fuertes vientos, lluvia y mares agitados de Ian ha inundado casas, cortado carreteras y dejado a más de dos millones de personas sin luz, según CNN.
De acuerdo con un informe de la BBC, el huracán Ian arrasó con todo lo que encontró a su paso por Florida: casas, carreteras, marinas, infraestructura eléctrica y hasta puentes que conectaban algunas islas con el continente.
La costa oeste de este estado, normalmente apacible y conocida por sus playas paradisíacas, quedó desdibujada por los destrozos causados por la marejada ciclónica de varios metros de altura y los vientos huracanados.
En el centro de Florida, los ríos y los canales se desbordaron por las intensas precipitaciones que trajo consigo el ciclón. En dos días llovió lo mismo que suele llover en esa zona en 6 meses.
Aunque el gobernador de Florida, Ron DeSantis, dijo que habrá que esperar para conocer el número real de fallecidos que ha dejado el huracán, uno de los más poderosos en tocar tierra en EE.UU. desde que se tienen registros, hasta el momento se ha informado de al menos diez muertes.
El temor es que muchos ciudadanos en áreas que han quedado devastadas no siguieran las órdenes de evacuación que se emitieron antes de la llegada del huracán. Los equipos de emergencia trabajaban contrarreloj para llegar a ellos.
Los daños materiales son gigantescos e Ian podría estar entre los huracanes más costosos de la historia del país, con pérdidas de decenas de miles de millones de dólares.
Ian tocó tierra el miércoles a las 15.05 hora local (19H05 GMT) en Cayo Costa, una localidad en la costa oeste del estado sureño de Estados Unidos, al lado de la isla de Sanibel y cerca de ciudades como Fort Myers, Sarasota y Tampa.
Lo hizo con vientos de 240 km/h, que equivalen a un huracán de categoría 4 (sobre un máximo de 5) en la escala Saffir-Simpson.
Luego se desplazó hacia el noreste, atravesando el estado y dejando tras de sí una estela de devastación.
La red eléctrica se ha visto fuertemente afectada, con más de 2,6 millones de hogares sin electricidad.
El gobernador DeSantis aseguró este jueves que, solo en base a las evaluaciones preliminares, el daño que produjo el huracán “fue histórico”.
“Nunca habíamos visto marejadas ciclónicas de esta magnitud”, dijo DeSantis.
Es por ello que en algunas zonas deberán construir “desde cero porque no se podrán reconstuir”, aseguró.
“La reconstrucción no será de un día para otro, pero la ayuda está de camino”, indicó en referencia al auxilio de otros estados y de fondos federales para llevar a cabo los trabajos necesarios, aunque en estos momentos la prioridad es rescatar a posibles sobrevivientes.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aseguró este jueves que puede tratarse del “ciclón más mortífero de la historia de Florida” y declaró lo ocurrido como “gran desastre”, una medida que libera dinero desde Washington para la reconstrucción.
CUBA
La corriente eléctrica regresó el jueves, 29 de septiembre de 2022, a contadas áreas de Cuba, dos días después de que el huracán Ian dejase completamente a oscuras la isla y desencadenase la parálisis de las telecomunicaciones y el abasto de agua en gran parte del país.
Las calles de La Habana volvían a mostrar cierta actividad tras el parón que supuso Ian, que cruzó con categoría 3 el extremo occidental de la isla por la provincia de Pinar del Río dejando un reguero de destrucción -incluidas tres muertes- con sus intensas lluvias y vientos que alcanzaron los 200 kilómetros por hora.
Los habaneros regresaban poco a poco, y en la medida de lo posible, a su día a día, pese a que el transporte público, las llamadas telefónicas y la internet móvil siguen muy limitadas y, cuando operan, lo hacen con gran inestabilidad.
Las filas -habituales en los últimos dos años de crisis económica- volvieron a los escasos establecimientos de alimentación y servicentros (gasolineras) que lograron reabrir, con dificultades por un suministro eléctrico intermitente. Los colegios permanecerán cerrados hasta el lunes 3 de octubre.
Tras dos días de apagón en la capital, muchos alimentos se han echado a perder en las casas y tiendas de este país caribeño en el que una gran parte de la población vive al día por el desabastecimiento de productos básicos y el fuerte encarecimiento del coste de la vida en los últimos meses.
El diésel, para vehículos y plantas electrógenas y que ya escaseaba antes de Ian, se ha vuelto un bien preciado. Las filas frente a algunos surtidores eran de más de un centenar de metros.
En algunos puntos de la capital, como en otras zonas del territorio nacional, se ha podido conectar la corriente, informó la estatal Unión Eléctrica (UNE), que no indicó cuántos de los 11,1 millones de habitantes del país siguen sin abastecimiento eléctrico.
Según informó la compañía, actualmente se están generando y sirviendo unos 370 megavatios (MW), lo que supone algo más del 12 % de la demanda total del país en el momento de mayor consumo.
La UNE aseguró que ya ha conectado al 37% de los abonados en La Habana y está satisfaciendo algo más de un tercio de la demanda habitual de la capital.
Siete de las 14 termoeléctricas del país están en funcionamiento, aunque no a plena capacidad. La mayor parte de las demás están en proceso de arranque y conexión al SEN, algo que puede demorarse horas o días.
El proceso para conectar la central Antonio Guiteras, una de las mayores del país, falló la madrugada del jueves 29 de septiembre, por problemas técnicos, según el medio oficial Cubadebate. Energas Varadero, que estaba operativa, tuvo que ser detenida.
Además se está revisando el tendido eléctrico, para comprobar a qué zonas se puede ir extendiendo la corriente generada, ya que Ian provocó graves afectaciones en el tendido del tercio occidental del país. Sólo en La Habana se registraron 114 postes partidos y 45 transformadores dañados.
La UNE explicó que su objetivo es conformar “microsistemas” con corriente e ir extendiendo estas islas iluminadas y conectarlas entre sí hasta volver a conseguir un único Sistema Eléctrico Nacional (SEN), cuando actualmente se habla de tres áreas (occidental, central y oriental). No ofreció plazos.