Eduardo VIII se convirtió en rey en 1936, luego de que su padre, el rey Jorge V, falleciera; sin embargo, fue una de las coronaciones más cortas de la historia de la monarquía de Inglaterra.
Desde que fue nombrado rey, Eduardo puso a temblar las tradiciones que por siglos se mantenían en la monarquía. De hecho, uno de los hechos más polémicos tuvo lugar el mismo día de su presentación oficial, cuando decidió subir al balcón junto a Wallis Simpson, su eterno amor, pero quien continuaba casada.
Eduardo nunca negó su relación con Waillis, de hecho, hizo varios pedidos oficiales al primer ministro inglés y a su gabinete para que, una vez ella se divorciara de su esposo, pudiera casarse con él.
Sin embargo, esta petición le fue negada en varias ocasiones; de hecho, pidió incluso que se pudiera casar, pero que ella nunca pudiese ser nombrada como reina, solo como su compañera, pedido que también se le negó.
Ante la negativa por las tradiciones monárquicas y los constantes desafíos que imponía Eduardo, este decidió renunciar a su reinado asegurando que para él sería imposible gobernar tranquilo y conforme lo quería el pueblo si no tenía a su gran amor al lado.
El ascenso de Jorge VI
Jorge era duque de York en el momento en que su hermano abdicó al trono y, al ser el primero en la línea de sucesión, fue nombrado como rey de Inglaterra, título que ostentó hasta febrero de 1952.
Tras un reinado difícil por el estallido de la Segunda Guerra Mundial y la complicada posición que tuvo que asumir mientras el poder de Adolf Hitler crecía, el monarca inglés falleció en su casa en Sandringham House, con solo 56 años de edad.
Isabel se convierte en reina
Esto llevó a que la princesa Isabel, hija mayor del rey, se convirtiera en la primera opción para convertirse en reina.
En ese momento, se encontraba en Kenia, iniciando un viaje real por la llamada Mancomunidad de Naciones, en representación de su padre que no había podido viajar por su salud.
En ese momento ya se encontraba casada con Felipe de Edimburgo, quien fue su compañero durante todo su reinado, hasta su muerte en 2021.
Con solo 25 años de edad, Isabel asumió con dolor la muerte de su padre, quien siempre dijo fue uno de sus mayores ejemplos y con quien siempre tuvo una buena relación.
Pero además tuvo que vivir uno de los retos más grandes y era recibir el trono del Reino Unido y ser la jefa de la mancomunidad de naciones.
Su coronación se hizo oficial 16 meses después. “Declaro ante ustedes que mi vida entera, ya sea larga o corta, será dedicada a vuestro servicio y al servicio de nuestra gran familia imperial a la que todos pertenecemos”, fue una de las frases que pronunció durante su primer discurso como reina.
Hasta la fecha, el reinado de Isabel II representó el segundo más largo en la historia británica y también uno de los más importantes en que la monarca realizó viajes y recorridos por la Mancomunidad de las Naciones siendo la jefa de estado que más viajes hizo en su historia.
Durante su reino, tuvo que vivir los momentos más complejos de la historia inglesa y mundial, transformaciones sociales a las que se adaptó y adaptó a su reino.
Igualmente, la misma monarquía tembló internamente con temas como la ruptura de tres de los cuatro matrimonios de sus hijos, la muerte de Diana, princesa de Gales, y la renuncia del príncipe Harry a la monarquía tras su matrimonio con Megan Markle.
A pesar de todo, Isabel II supo mantenerse firme ante la adversidad y será uno de los gobiernos más recordados de la historia de Inglaterra y el mundo.
Semana.com