Uno de los grandes retos cuando recibimos a un perro en casa es educarlo y no solo para que se porte bien y no destruya cuanto hay a su paso, sino también nos gusta enseñarle a realizar trucos o seguir indicaciones sencillas de obediencia.
Muchos se preguntan ¿Cómo enseñarle trucos a mi perro sin morir en el intento? Bueno, el truco para los trucos son los premios.
Cuando hablamos de aprendizaje del perro es importante tener algunas leyes presentes. “el perro se fue al Congreso”. No, olvídate, el perro no fue al Congreso. Pero hay leyes que gobiernan la enseñanza.
La primera de las leyes, es la ley de tonos. No es lo mismo hablarles en este tono: “Te dije que es la última vez, no…”. Esto es una reprimenda.
En cambio, si yo lo acaricio y le digo: “Qué buen perro, este perro, muy bien”. Esto es un estímulo positivo hacia la conducta que está teniendo el animal. La ley de tonos es fundamental, pero después viene la ley de las tres C: las órdenes tienen que ser claras, cortas y concisas.
Por eso se utilizan con el perro palabras en inglés o palabras en alemán. Porque son cortas. Porque no es lo mismo decirle “sit”, tres letras, que decirle “siéntate”, que además se puede confundir con “quédate”, “vete”, “vente”.
Porque termina exactamente en T y E. Entonces, la ley de las tres C nos habla de órdenes cortas, claras y concisas.
Pero, además, hay una ley de las P. Sé persuasivo, sé paciente y con la capacidad de tener un premio. Porque ese premio, o esa recompensa, estimulará la conducta que quieres. Vamos a suponer que quieres hacer sentar a tu perro.
Lo primero que tienes que hacer es ponerle la mano izquierda sobre el pecho, presionar con la derecha para que coloque la cola sobre el piso y, solo cuando la cola está en el piso, le dices “muy bien, muy bien” y le das inmediatamente la recompensa que puede ser algo muy rico, una golosina para perro, un pedacito de pollo, lo que fuere.
Pero esa recompensa tiene que llegar entre el primer segundo y el cuarto segundo después de haber logrado el objetivo. Si supera los 10 segundos, el perro no relaciona, bajo ningún punto de vista, la recompensa con la capacidad de haber logrado cumplir esa orden.
Ejemplos de refuerzo positivo:
Si se busca que aprenda a seguir instrucciones sencillas o trucos para perro básicos como quedarse quieto, dar la pata, sentarse, dar un ladrido para saludar, etc puedes usar un premio suave pequeño, que le represente una golosina o un gustito.
Si buscas que aprenda cosas más elaboradas como bajar o subir escaleras, convivir con otros perros, llevarte algo en especial, e incluso labores de perro guía o de acompañamiento, que reconozca indicaciones más específicas, entonces debes de usar premios tipo galleta, de tamaño mediano a grande, que le signifiquen un gran reconocimiento por su labor.
(Infobae)