El exgerente de Petroecuador, Álex Bravo, acusado por delitos de enriquecimiento ilícito, cohecho y delincuencia organizada salió de la cárcel después de cinco años.
El juez de Santo Domingo, José Guzmán, fue quien concedió que pase de un régimen cerrado a un régimen semiabierto, que según el COIP, se puede lograr una vez el sentenciado cumpla el 60% de la pena.
Sin embargo, con base en el Código Orgánico Integral Penal (COIP), en junio de 2022 se realizó un nuevo cómputo de las penas del exfuncionario y se resolvió que debía cumplir 100 meses de cárcel, no 140 como estipulaba en principio.
Antecedentes
Bravo estaba recluido en la cárcel de Santo Domingo de los Tsáchilas. Allí cumplía tres sentencias por actos de corrupción. La primera era de cinco años por cohecho, tres años y cuatro meses por delincuencia organizada y esa misma pena por enriquecimiento ilícito.
Todas sus condenas sumaban 12 años de cárcel. Sin embargo, en junio de este año se realizó un nuevo cómputo de sus penas y por lo tanto debía cumplir ocho años y tres meses de prisión.
El exgerente de Petroecuador del gobierno de Rafael Correa permaneció poco más de seis años en la cárcel y salió libre tras acogerse al régimen semiabierto. Para acceder a ese beneficio penitenciario es necesario cumplir el 60% de la pena.
La tercera condena de Bravo fue por enriquecimiento ilícito en caso Petroecuador. La condena se dictó el 5 de mayo del 2017.
En ese entonces, el fiscal del caso manifestó que se auditaron las declaraciones juramentadas de Bravo entre enero 2010 y abril 2016. Allí se determinó que hubo un incremento patrimonial de más de USD 364 000 en sus cuentas personales que no habrían sido debidamente justificados, es decir no había documentos de respaldo que determinen el origen de esos fondos.
Ese hecho fue corroborado por los informes de auditoría realizado por la Contraloría General del Estado, durante el período en el que Bravo fue funcionario de Petroecuador, lo que determinó indicios de enriquecimiento ilícito.