Ecuador tiene previsto aprovechar su membresía del Consejo de Seguridad de la ONU para buscar que la organización actúe ante el peligro que plantean para muchos países de Latinoamérica y otras regiones el narcotráfico, el crimen organizado o las redes del tráfico de armas.
Así lo aseguró en declaraciones a Efe el embajador ecuatoriano ante Naciones Unidas, Cristian Espinosa, después de que hoy su país fuese elegido como miembro no permanente del Consejo para el bienio 2023-2024.
Según Espinosa, esta cuestión es algo que preocupa a Ecuador y a otros países de la región latinoamericana, dado el peligro que estos tipos de delitos suponen para las sociedades.
El diplomático puso el ejemplo de cómo los migrantes se ven a menudo perjudicados por la violencia que generan estas actividades criminales y cómo esto está exacerbando los problemas en las fronteras.
Espinosa consideró que en este ámbito la “diplomacia preventiva” de Naciones Unidas tiene capacidad de actuar y, por ello, el Consejo de Seguridad debe hacer algo y no quedarse de brazos cruzados.
“Es un problema que sabemos que (…) está desafortunadamente aumentando y que tiene que ser tomado en cuenta”, señaló.
De forma más general, Ecuador buscará en el Consejo de Seguridad contribuir al mantenimiento de la paz, a la solución de los conflictos por la vía del diálogo y a velar por el derecho internacional, según su representante permanente.
También a la protección de los derechos humanos en áreas de conflicto, con atención especial para la población civil, y dentro de ella, a la situación de niños y mujeres, añadió.
Espinosa reconoció que la llegada de Ecuador al Consejo de Seguridad se producirá en un momento “complicado” por la brecha que existe entre sus miembros permanentes, agravada por la invasión rusa de Ucrania.
“Son momentos difíciles, pero el sistema en sí está diseñado para atender esos problemas. No necesariamente lo resuelve todo, pero atiende y a menudo se consiguen lograr procesos de pacificación, de bajar tensiones…”, apuntó.
Ecuador accederá al Consejo de Seguridad el próximo 1 de enero, con un mandato de dos años, en la que será la cuarta ocasión de la historia en que el país forme parte del máximo órgano de decisión de la ONU.
El Consejo, que se ocupa de las cuestiones de paz y seguridad, es el órgano más poderoso de la ONU, el único con capacidad para imponer medidas vinculantes y que se pueden aplicar por la fuerza
Entre los principales asuntos de su agenda destacan actualmente las guerras en Ucrania, Yemen o Siria, varios conflictos africanos o los regímenes de sanciones que pesan sobre distintos países como Corea del Norte.
En el continente latinoamericano, el Consejo se ocupa regularmente de dos cuestiones: la compleja situación en Haití y el proceso de paz en Colombia.