Rusia permitirá las importaciones paralelas de productos extranjeros, es decir, su introducción en el país sin el permiso del titular del derecho de propiedad intelectual, después de la suspensión por parte de las principales marcas de su actividad en el país debido a la ofensiva militar en Ucrania, según el Gobierno.
“El Gobierno ha decidido permitir la importación de mercancías extranjeras originales sin el consentimiento de los titulares del derecho de propiedad intelectual”, indica una resolución del 29 de marzo publicada por el Ejecutivo dirigido por Mijaíl Mishustin. Esta práctica servirá a Rusia para esquivar las sanciones occidentales, indicó el Ejecutivo.
“En condiciones de las restricciones exteriores, la decisión aceptada ayudará a abastecer el mercado interior de las mercancías demandadas y permitirá estabilizar sus precios”, sostuvo en un comunicado.
El Gobierno aclaró que la lista de bienes objetos a las importaciones paralelas será elaborada por el Ministerio de Industria y Comercio. Según la Organización Mundial del Comercio (OMC), esta práctica, que está permitida en algunos países y en otros no, consiste en la importación de productos fabricados legalmente en el extranjero sin el permiso del titular del derecho de propiedad intelectual, por ejemplo, el titular de una marca de fábrica o de comercio, o de una patente.
En Rusia estas importaciones estaban prohibidas, pero en 2018 el Tribunal Constitucional las reconoció como legales, según el diario ruso Gazeta.ru. Sin embargo, el Gobierno ha tenido que emitir un decreto “que suprime la responsabilidad por las llamadas importaciones paralelas”, señaló el Ejecutivo.
Grandes marcas estadounidenses como Apple, Levi Strauss o Nike, la alemana Adidas, la sueca H&M o las españolas Inditex y Mango, así como gigantes europeos de lujo han suspendido su actividad en Rusia, en tanto que otras multinacionales, como la suiza Nestlé, suspendieron las importaciones y exportaciones desde y hacia ese país, salvo algunos alimentos o productos esenciales. La salida de Rusia de marcas internacionales afecta a casi todos los sectores, desde el tecnológico, a la ropa, a la alimentación no esencial o productos de higiene personal, pero también a la industria, como la automovilística o los materiales de construcción.