Investigadores ecuatorianos descubrieron dos nuevas especies de ranas terrestres. Las especies son Pristimantis maryanneae y Pristimantis burtoniorum. Los ránidos son una familia de anfibios anuros, también conocidos como ranas. Los anuros son un grupo de anfibios que se caracterizan por carecer de cola, por presentar un cuerpo corto y muy ensanchado, y unas patas posteriores muy desarrolladas y adaptadas para el salto.
Los científicos ecuatorianos que han hecho el descubrimiento pertenecen al Instituto Nacional de Biodiversidad, entidad adscrita al Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica del Ecuador a la Fundación ECOMINGA, a la Universidad San Francisco de Quito y a la Universidad Tecnológica Indoamérica.
Estos anfibios fueron encontrados en el bosque nuboso en la cuenca alta del río Pastaza, en el Corredor Ecológico Llanganates Sangay que es considerado como un refugio emblemático de flora y fauna en la provincia amazónica de Pastaza. El corredor se encuentra ubicado en una zona de alta diversidad biológica en los bosques montanos de la Cordillera Real oriental (nombre del WWF). Dicha cordillera es considerada como un punto caliente de biodiversidad en donde converge un elevado número de especies. De la superficie total del corredor, cerca de 30.000 hectáreas corresponden a vegetación natural de bosques de montaña típicos del norte y centro de las estribaciones orientales.
Los científicos Juan Pablo Reyes Puig, Carolina Reyes Puig, Daniela Franco Mena, Lou Jost y Mario Yánez Muñoz publicaron los resultados de su investigación en ZooKeys, una revista científica de acceso abierto revisada por pares que cubre la taxonomía zoológica, la filogenia y la biogeografía, y publicada por Pensoft Publishers.
En su trabajo científico publicado en inglés se presentan los resultados de los censos herpetológicos en dos montañas adyacentes en el Corredor Ecológico Llanganates Sangay en Ecuador. En el estudio se revela una composición diversa y heterogénea, dominada por ranas terrestres del género Pristimantis y dos nuevas especies de ranas terrestres del género Pristimantis.
La especie bautizada como Pristimantis maryanneae se caracterizan por no tener tímpano visible externamente y tener 2-3 tubérculos subcónicos en el párpado superior, y la especie bautizada como Pristimantis burtoniorum se identifica por la presencia de coloración roja en las superficies ocultas de las extremidades posteriores, tubérculos en el párpado superior, tubérculo interorbitario y una fila de tubérculos redondeados a lo largo del hocico hasta la punta y un vientre rojo pálido con un patrón moteado de color marrón oscuro.
Durante los censos, los investigadores registraron 97 individuos de anuros agrupados en siete géneros y cinco familias; 94 capturados y tres por registros auditivos. Las ranas terrestres conformaron el 91,3% de la composición taxonómica.
El 80% de las especies registradas no cuentan con estatus de conservación regional o mundial. Muchos de estos taxones no se describen formalmente; por lo tanto, categorizar la distribución de su rango es un trabajo que debe hacerse en el futuro, dicen los científicos.
Además, el 20% restante de las especies corresponden a especies Vulnerables, En Peligro y En Peligro Crítico. Por otro lado, todas las especies con identidad taxonómica o formalmente descritas están restringidas a las vertientes orientales de los Andes y el 55,5% de estas especies están completamente restringidas a la cuenca alta del río Pastaza dentro de la provincia de Tungurahua.
El estudio encontró una gran riqueza de especies en las ranas terrestres y llenó algunos vacíos en la distribución de algunos linajes de ranas arborícolas andinas. Se encontró una alta proporción de nuevas especies candidatas, de las cuales dos se describen en la investigación como nuevas especies.
Para estos científicos ecuatorianos los resultados preliminares de esta investigación son muy alentadores y sugieren la presencia de muchas especies candidatas de anfibios. Estos hallazgos subrayan en la importancia de preservar estos ecosistemas, en el interés científico por estas áreas de alto endemismo y diversidad, y en la necesidad de profundizar en estas áreas del conocimiento de la herpetofauna que aún es incompleto.