La Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo hoy que puede haber desabastecimiento del tipo de jeringas que se utilizan para inocular vacunas. Esto, debido a la inesperada demanda que ha supuesto la campaña mundial de inmunización contra la covid-19. Como resultado, se podría retrasar los programas de vacunación en distintas partes del mundo.
A pocas semanas de cumplirse un año desde que empezaron a administrarse las vacunas contra la covid-19, las dosis aplicadas superan los 6.800 millones. Esto representa el doble de todas las vacunas que se inoculaban cada año a nivel mundial. Además, implica que para este fin se requiere el triple de jeringas que antes.
«Desgraciadamente, la posibilidad de que haya carencia de jeringas es real», afirmó la experta de la OMS Lisa Hedman en diálogo con periodistas en Ginebra.
La capacidad de producción anual de jeringas es de 6.000 millones de unidades. Así, la OMS estima el déficit de entre 1.000 a 2.000 millones de jeringas en 2022 si no se hace algo al respecto.
Posibles soluciones
Hedman sostuvo que una solución podría ser pasar la capacidad de producción de un tipo de jeringas a otras. Así, se tendría un mayor suministro de las que se dedican a las vacunas, sin descuidar las que se necesitan para tratar enfermedades.
Un total de 16.000 millones de jeringas se utilizaban anualmente en todo el mundo (entre las destinadas a vacunas y a tratamientos médicos). Pero el covid ha empujado esa demanda hasta los 22.000 millones.
Las restricciones de comercio que han afectado a otros productos utilizados en la lucha contra la pandemia, más los problemas de transporte de carga que se han visto recientemente, hacen temer que las exportaciones de jeringas disminuyan.
Otras preocupaciones
Otro aspecto que preocupa a la OMS es la posibilidad de que se reanuden prácticas de riesgo, en particular la reutilización de jeringas y agujas. Es una situación que se ha registrado cada vez que estos productos han faltado.
«Este es un problema de todos los países, pero es cierto que los países que tienen una capacidad de compra limitada siempre son los más afectados», recalcó Hedman.
La OMS hizo sonar esta alarma ante la posibilidad de que jeringas y agujas se conviertan en nuevo símbolo de disparidad entre ricos y pobres. Situación similar ocurrió con equipamientos de seguridad personal (guantes, mascarillas, gafas y trajes de protección), que escaseaban sobre todo en los países de menores recursos.
Lo mismo ha sucedido con las vacunas contra la covid, que han sido distribuidas por las farmacéuticas en función del poder de compra de los países.