Cuarenta y cinco gasolineras de propiedad de Petroecuador (que se ubican especialmente en provincias fronterizas) retornarán a manos privadas, luego de que hace ocho años, en el gobierno de Rafael Correa, se decidiera declararlas de utilidad pública y comprarlas, a precios módicos, a sus dueños privados. Es que la venta inmediata de las gasolineras de Petroecuador es parte de la política hidrocarburífera que fue anunciada, ayer, por parte del gobierno de Guillermo Lasso.
El miércoles, dentro de la presentación de la nueva política hidrocarburífera del país se anunció que se iniciará “de manera prioritaria e inmediata la venta de todas las estaciones de servicio de la Empresa Pública de Hidrocarburos del Ecuador y revisar los contratos de distribución existente a fin de determinar su finalización”.
Frente al anuncio, ayer se conoció que un grupo de los exdueños de estas gasolineras podrían estar interesados en readquirirlas.
De acuerdo con datos de Petroecuador, la empresa estatal cuenta al momento con 45 estaciones de servicio, dentro de las cuales dos son mixtas pues ofrecen servicio automotor y pesquero. Además tienen dos vehículos refueler (tanqueros de distribución) y un abastecimiento estático.
Esta infraestructura está ubicada en diez provincias del país (Galápagos, Esmeraldas, Carchi, Sucumbíos, Imbabura, Cotopaxi, El Oro, Loja, Zamora Chinchipe y Morona Santiago). En enero del 2017, el propio gobierno de Correa vendió las tres más grandes gasolineras de la empresa estatal, ubicadas en Quito (av. Amazonas y en Ponceano) y una en Guayaquil en $ 21,7 millones. Además existen 205 gasolineras afiliadas a Petroecuador, pero que son de dueños privados.