El presidente de Haití, Jovenel Moise, recibió doce impactos de bala durante el ataque que acabó con su vida el miércoles 7 de julio del 2021, según afirmó el juez de paz encargado del informe forense.
El juez Carl Henry Destin dijo al diario Le Nouvelliste que el cadáver de Moise tenía 12 orificios realizados con armas de gran calibre y también de 9 milímetros.
“Lo encontramos acostado boca arriba, pantalón azul, camisa blanca manchada de sangre, boca abierta, ojo izquierdo perforado. Vimos un agujero de bala en la frente, uno en cada pezón, tres en la cadera, uno en el abdomen”, relató el juez de paz.
El responsable de levantar el cuerpo dijo que aparte de Moise, la única persona que resultó herida fue su esposa Martine, que está hospitalizada en Miami, Estados Unidos.
La hija de la pareja estaba en la misma estancia que sus padres en el momento del ataque, pero consiguió esconderse en la habitación de su hermano, que también resultó ileso.
Autoridades haitianas informaron el miércoles de que los dos hijos de Moise se encontraban en lugares seguros, pero no habían aclarado su estado de salud.
El juez de paz también aseguró que el escritorio y la habitación de Moise fueron “saqueados” por los asaltantes, que irrumpieron en la residencia del Mandatario fuertemente armados en la madrugada del miércoles.
Horas después, la Policía haitiana anunció que cuatro supuestos asesinos fueron abatidos durante un tiroteo y otros dos fueron detenidos, en un operativo llevado a cabo cerca de la residencia de Moise.
Según la versión de las autoridades, los miembros del comando que atacó al Jefe de Estado son extranjeros de habla inglesa y española, pero no han confirmado sus nacionalidades ni sus identidades.
El Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá este jueves 8 de julio, a puerta cerrada para abordar la situación en Haití tras el asesinato del presidente Jovenel Moise, según adelantaron fuentes diplomáticas.
Haití es un asunto habitual en la agenda del Consejo de Seguridad, que aborda regularmente la situación en el país, donde la ONU tiene desplegada una misión política que trabaja con las instituciones oficiales para reforzar la estabilidad política y el estado de derecho, impulsar el diálogo político y promover los derechos humanos.