Es un sector privilegiado. Acostumbrado a los subsidios. Sus dirigentes son quienes tienen las flotas que dirigen desde sus casas y tienen una capacidad para inmovilizar el país. Eso nadie lo desconoce. Muchos Gobiernos fueron secuestrados para conseguir su apoyo.
El sector de los transportistas ahora tienen sometidos a algunas alcaldías, por la transferencia de las competencias a los gobiernos locales, y presionan y presionan como si fueran los únicos afectados por la crisis económica que el país intenta superar. Quieren sus mismos privilegios que otros sectores no tienen.
Primero fueron los transportistas de Quito, ahora los de Guayaquil que llevan casi dos semanas de una paralización parcial, en busca de la revisión de las tarifas del transporte, desde el mediodía, que afecta a todos los sectores, hasta el comercial.
¿Y las cuentas? ¿Qué han hecho los transportistas para mejorar su servicio? ¿Qué ha hecho su dirigencia para mejorar las condiciones de sus conductores? ¿Por qué los accidentes de tránsito siguen siendo un problema de salud pública en Ecuador?
Los transportistas primero necesitarían dar cuentas a la sociedad de cuáles han sido los resultados de tantos subsidios obtenidos, antes de intentar secuestrar a un país.