El Gabinete de Seguridad de Israel, órgano gubernamental que decide sobre las ofensivas militares, aprobó un acuerdo de alto el fuego en Gaza “recíproco, simultáneo y sin condiciones”, tras 11 días de enfrentamientos con las milicias palestinas, por la mediación de Egipto.
Los mediadores egipcios ultimaban los detalles de su aplicación en Jerusalén, ante las autoridades hebreas, y en Ramala, sede de la Autoridad Palestina. “La resistencia palestina cumplirá el acuerdo mientras lo cumpla el poder ocupante (por Israel)”, aseguró a Reuters un portavoz de Hamás.
Las hostilidades continuaron el jueves en Gaza mientras se intensificaban las negociaciones para alcanzar un acuerdo de alto el fuego, según El País. Sin apenas disparos de cohetes hacia Israel durante horas y con los ataques de la aviación israelí cada vez más espaciados y concentrados sobre objetivos militares de Hamás, la escalada bélica de Gaza se encaminaba al inicio hacia un principio de alto el fuego.
La presión ejercida el miércoles hacia Israel por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para forzar una inmediata desescalada pareció haber surtido efecto. Al menos durante la madrugada anterior, no se produjeron bombardeos aéreos ni lanzamientos de proyectiles. Pero la lógica de la guerra de golpe por golpe se impuso en ambos bandos, que reanudaron las hostilidades durante la jornada.
Musa abu Marzuk, dirigente de Hamás, exigió a Israel que no vuelva a penetrar con sus fuerzas de seguridad en la mezquita de Al Aqsa de Jerusalén, tercer lugar sagrado del islam, y cancele los procesos de desahucio contra decenas de familias palestinas amenazadas con ser expulsadas de sus viviendas en el barrio de Sheij Yarrah, al norte de la Ciudad Vieja.
Los jefes del Ejército hebreo reconocían ya a los analistas de defensa de la prensa israelí que la misión estaba prácticamente cumplida en Gaza. La destrucción de gran parte de las capacidades ofensivas y defensivas de Hamás y la Yihad Islámica, la eliminación física de muchos de sus comandantes y la reinstauración de la aplastante disuasión bélica de Israel son el resultado de una confrontación asimétrica que parece próxima a su fin.
La Asamblea General de la ONU también se reunió de urgencia este jueves para debatir sobre la situación en Oriente Próximo. El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, se mostró “profundamente impresionado por los continuados bombardeos aéreos y de artillería de Israel en Gaza y por los disparos indiscriminados de cohetes por Hamás”, según Reuters.