De la última entrevista dada por el expresidente Rafael Correa a quien le prestó su movimiento político para que pudiera sacar adelante la candidatura de André Arauz se desprende, aparte de la novísima teoría de los sánduches, una imagen que ha calado hondo en su subconsciente durante su mandato, que su estrategia siempre fue una sola: la libertad de Jorge Glas, sentenciado por un caso de corrupción asociado al de los sobornos de la constructora brasileña Odebrecht, cuando manejaba los sectores estratégicos.
¿Por qué Arauz no estuvo en esas conversaciones que dicen haber mantenido Correa con Jaime Nebot y el Presidente electo, Guillermo Lasso? ¿Por qué, siendo la persona que obtuvo los votos, fue marginado por Fausto Jarrín y Pabel Muñoz? ¿Quién iba a ser Arauz en el proyecto de Correa en caso de llegar a la Presidencia?
Para conseguir el objetivo último de la libertad de Jorge Glas no le importó hacer pública su alianza con el socialcristianismo, a espaldas de sus aliados, como él mismo reconoció en esa entrevista que lo retrata de cuerpo entero. Nada de izquierda, ni de derecha. Oportunismo.
Ahora su fin último parece ser crear el caos y resoluciones como la última que libera a los hermanos Isaías del delito de peculado, aunque no obliga al Estado a devolver los bienes incautados, solo le dan leña para atizar el fuego, porque la pregunta es, ¿por qué en los diez años que estuvo en el poder, con todo el control de la justicia, no hizo nada para extraditar a los exdueños de Filanbanco y se conformó con aprovechar de los medios incautados para una sostenida campaña de propaganda, pese a su promesa de venderlos?
El correísmo con el control de todos los poderes del Estado creyó firmemente que estaba destinado a gobernar 300 años, en una suerte de chavismo criollo. Destinado a ganar todas las elecciones pese a haber perdido su base social. Perdió a la primera fuera del poder, en la consulta popular que desmontó el andamiaje jurídico que puso a Correa en el centro del Estado. Con la esperanza de irse a la tumba con honores de emperador, cuando en realidad es otro ser humano más con delirios tan humanos como el de los sánduches.