Un emprendedor lo que espera de los gobiernos de turno es que le creen oportunidades y le faciliten la vida con normas y procedimientos ágiles, amigables y adaptados a la realidad de un mundo que está en constante cambio y, ahora, buscando salir de una pandemia que no da tregua.
En medio de este escenario, las principales “12 esperas emprendedoras” están relacionadas con:
- Impulso de una innovación “de a de veras” en donde la confianza entre lo público, privado y el sistema educativo debe ser prioritario. Para ello, es necesario que, ojalá, el discurso de los gobernantes pase a hechos reales, ya que, sin acciones son solo promesas. Por ejemplo, el financiamiento para la innovación es fundamental para ir convirtiendo al país en una nación creativa e innovadora.
- Desde las políticas públicas, el financiamiento para emprendedores no se debe confundir con el crédito común y corriente. Pues, es vital un financiamiento verdadero -fondos de capital de riesgo, capital semilla, ángeles inversores- para los emprendedores cero kilómetros -los que inician desde una idea-. Con ello se evitará que los proyectos mueran a temprana edad.
- El impulso del aprovechamiento de todos los productos que, por varios años, la academia ha ido generando en materia de emprendimiento. Sobre ello, es importante realizar un inventario de todas las investigaciones y publicaciones que se han ido obteniendo y que, al unirse, pueden generar un efecto sinérgico de consulta gigante.
- Se estimule, desde la acción gubernamental -en instancias como el Ministerio de la Producción-, estrategias productivas importantes como es la empresa ancla, eso sí responsable y solidaria que, lamentablemente, en épocas anteriores fue satanizada como una mala práctica. En este punto, es vital, también, la identificación y fortalecimiento de cadenas productivas, en donde, los emprendedores se puedan ir ubicando estratégicamente -en cuanto a oportunidades para hacer buenos negocios- con mayores probabilidades para lograr el éxito de sus proyectos.
- Se evite que el emprendimiento se convierta en un espacio de revanchismo entre los emprendedores y sus trabajadores. Se debe, más bien, promover espacios sin resentimientos entre los dueños y los trabajadores y, así, a cambio, estimular el trabajo en equipo.
- Para que funcionen bien las FINTECH -productos financieros soportados en el uso de tecnologías de información y comunicación (TIC)- se requiere, primero, mejorar la conectividad como requisito previo para que el Ecuador se convierta en una nación en donde lo digital funcione de forma eficiente e inclusiva. No es fácil, pero no imposible.
- Se tenga claro que los grandes inventos son ideas que salen de la iniciativa y creatividad privada. De ahí, la necesidad de consolidar condiciones para crear e innovar sin restricciones y prohibiciones surge como prioritario; siendo necesario el surgimiento de espacios gubernamentales que provean de información orientadora para la inversión efectiva de los emprendedores y, así, de a poco ir eliminando la tendencia a emprender por necesidad y no por oportunidad.
- Más que limitar importaciones, la estrategia emprendedora -desde el nacimiento de un emprendimiento- debe ser la orientación, como visión de futuro, hacia la exportación, en donde la firma de acuerdos comerciales inteligente es clave.
- Que los gobernantes, ya en el sillón presidencial, potencien el rol innovador desde las universidades y escuelas politécnicas, en donde la autonomía, sin restricciones y prohibiciones, resulta vital para la inserción del país en un mundo en donde lo único constante es el cambio dirigido a la búsqueda, como bien lo plantea la Organización de Naciones Unidades (ONU), de una sociedad sostenible.
- Que, cuando se hable de herramientas pro apoyo emprendedor, no se confunda con discursos y acciones opacas que lo único que hacen -por intenciones populistas y no técnicas- es distraer la atención de los distintos actores hacia espacios diferentes a la razón de ser del emprendimiento “de a de veras” que es la generación de producción y de fuentes de trabajo digno. En este punto, más bien se debe fortalecer la educación emprendedora para que, desde tempranas edades, las personas sean capaces de idearse proyectos de distinto tipo orientados a satisfacer alguna necesidad o solucionar determinado problema social.
- Que, mediante el fortalecimiento sincero del emprendimiento como medio para generar empleo y mayor bienestar a la población, se fortalezca la dolarización; sobre todo cuando, en lugar de restringir las relaciones con el mundo global, se promueva el ingreso de divisas vía más exportaciones no petroleras y más inversión directa extranjera; siendo para ello necesaria la seguridad jurídica como medio para fortalecer la confianza productiva en el país. Dentro de esa seguridad, el emprendedor espera, también, una tramitología con la que sea fácil trabajar.
- Que la conectividad digital sea vista como un desafío que va más allá de una declaratoria de derechos. Pues, para que sea sólida -siendo realistas- se requiere de la atracción de nuevas inversiones privadas que, en articulación con el gobierno de turno, permitan al país subirse al vagón de innovación tecnológica tan necesaria para el fortalecimiento del ecosistema del emprendimiento “de a de veras”.
Finalmente, como párrafo resumen, se impulse una forma de gobierno en donde la libertad con responsabilidad, sin ir a los extremos, logre un equilibrio entre lo económico, social y cuidado de naturaleza. Porque ¡Un ECUADOR MEJOR si es POSIBLE!, siempre y cuando el trabajo sinérgico de todos los ecuatorianos sea el que predomine en los diferentes espacios del quehacer nacional, siendo uno de ello el fortalecimiento del emprendimiento como un medio para lograr la tan esperada por años “transformación productiva con equidad social de nuestro amado y, totalmente viable, Ecuador”.