Cuando Lee Harman preguntó por primera vez si podía pasar de una semana laboral de cinco días a una de cuatro, estaba nervioso, preguntándose qué pensarían sus colegas.
“En la construcción predominan los hombres”, señala. “Trabajar a tiempo parcial es algo que simplemente no se hacía”. Ahora pertenece al creciente número de profesionales que han reducido su horario.
Lee, 38 años, es ingeniero civil en la empresa Skanska Costain Strabag. En el último año ha descubierto que una semana laboral más corta es una gran ventaja. “Así puedo gestionar mejor mis niveles de energía”, dice este padre de tres hijos.
“Un puesto de alto nivel requiere cierto grado de contemplación y espacio para pensar. Me viene muy bien, y a todo el equipo también. No me veo volviendo a la forma en que trabajaba antes”, afirma. Lee cree que, debido a la crisis de Covid-19, mucha gente se ha dado cuenta de que las cosas se pueden hacer de otra manera.
Los colegas han empezado a preguntarle por su experiencia, planteándose si podrían hacer lo mismo.
Encuestas y experimentos en distintas partes del mundo muestran que existe un anhelo anhelo por reducir la jornada laboral y la consideración de que trabajar a tiempo parcial no debe ser un obstáculo para hacer carrera. Un deseo que ya se percibía antes de la pandemia, pero que el modo de trabajar durante la misma ha impulsado considerablemente.
Por ejemplo, de los 2.300 trabajadores de Microsoft en Japón que en 2019 probaron a reducir su jornada semanal un día, el 92% aseguró sentirse más feliz y menos estresado con ese horario. Similares resultados mostró el experimento en Perpetual Guardian, una empresa neozelandesa.
Y una encuesta realizada por la consultora de recursos humanos Robert Half en EEUU mostró que el 66% de los trabajadores afirmaba querer trabajar menos de cinco días a la semana.
Otra encuesta realizada el mes pasado a 2.000 adultos de Reino Unido reveló que el 72% cree que los trabajadores a tiempo parcial deberían tener las mismas oportunidades de progresar en el trabajo que los trabajadores a tiempo completo.
Timewise, que encargó la investigación, explica que hace nueve años una encuesta similar reveló que el 72% creía que “no era posible” tener un trabajo de alto nivel a tiempo parcial.
¿Es un freno reducir la jornada?
Karen Mattison, cofundadora de Timewise, una organización que hace campaña a favor de un trabajo más flexible, asegura que el año pasado se demostró que la gente puede trabajar de forma diferente y que era hora de que los empresarios lo reflejaran en la forma de diseñar y anunciar los puestos de trabajo.
“Durante mucho tiempo hemos visto una disculpa ante el término tiempo parcial: ‘sólo estoy a tiempo parcial’. Ahora sabemos que la inmensa mayoría de la gente en Reino Unido no ve ninguna razón para que los trabajadores a tiempo parcial se vean impedidos de progresar en sus carreras”, explica.
Los trabajadores a tiempo parcial representan ya una cuarta parte de la población activa del país. Pero a menudo existe una compensación entre negociar un horario más corto y tener oportunidades profesionales.
Las madres, en particular, se han dado cuenta de que compaginar el trabajo con las exigencias del cuidado de los hijos ha supuesto un estancamiento en sus carreras, lo que ha socavado los esfuerzos por lograr la igualdad de género en los altos cargos.
Su actual trabajo como directora comercial en una empresa de venta de chocolate es el tercero en el que ha negociado una semana laboral de cuatro días. Y, lejos de ver su carrera frenada, ahora es responsable de un equipo de personas y de una serie de tareas de logística, previsión de ventas y asignación de stock.
El marido de Gemma es bombero y trabaja a turnos los viernes y los fines de semana, por lo que ella se toma los viernes libres para estar con sus tres hijos. “En puestos anteriores, me dijeron que retirara las fotos de mis hijos de mi mesa, por si enviaban un mensaje a los jefes de que no me tomaba en serio mi carrera”, explica.
Pero cuando la entrevistaron para su actual trabajo, dejó claro que aceptaría el puesto cuatro días a la semana y su empresa la ha apoyado totalmente. “No hay preguntas sobre cómo organizas tus horas. Te juzgan por lo que consigues”, cuenta.
“El trabajo flexible es para todo el mundo, ya sea porque tienes hijos, un padre anciano que necesita tu ayuda ¡o incluso un pez dorado que necesita de cuidados especiales! El motivo es irrelevante, lo que se espera es que sea para todos”. Incluso en períodos de mucho trabajo, como el que precede a la Semana Santa, se las arregla para mantener sus días libres.
Pero asegura que es necesario ser disciplinado para decir que no se está disponible en determinados momentos. Y no está segura de poder desempeñar su función con menos de cuatro días.
Una forma de atraer talento
Aunque algunos empresarios están dando ejemplos positivos, muchos todavía no han aceptado que ofrecer flexibilidad ayudará a atraer a los mejores talentos, afirma Timewise.
Un estudio anterior de Timewise reveló que, incluso antes de la pandemia, nueve de cada diez personas querían más flexibilidad en su próximo trabajo. Sin embargo, en 2020 sólo el 8% de las ofertas de empleo en Reino Unido ofrecían opciones a tiempo parcial.
Mientras tanto, otros países ya están explorando la idea de reducir las semanas de trabajo.
El año pasado, la primera ministra neozelandesa, Jacinda Ardern, sugirió a los empresarios que consideraran la opción de una semana de cuatro días porque ayudaría a conciliar la vida laboral y familiar, pero también porque podría impulsar el turismo interno.
España está planeando un proyecto piloto de semana laboral de cuatro días, en parte debido a los retos de la automatización. Y Suecia ha experimentado con jornadas de seis horas.
Gemma opina que cualquiera que desee trabajar a tiempo parcial debe ser sincero con los posibles empleadores, especialmente si los cazatalentos o los reclutadores no lo apoyan.
“He tenido reclutadores que me han dicho que no están dispuestos a plantear mi patrón deseado de trabajo a su cliente, dejando que mantenga la conversación yo misma o sugiriendo que ceda en mis requisitos para asegurarme una oferta de trabajo”, dice.
“Si el reclutador no quiere tener la conversación, yo me dirigiría directamente al posible empleador para que puedas exponer tu posición con claridad”.