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Correctores posturales, fisioterapeutas desbordados… Cómo el teletrabajo está afectando a nuestras espaldas

Tiempo de lectura: 4 minutos

Pocas compras como la de un corrector de postura para espalda y hombros habían generado tanta controversia entre mis allegados. “¿Funciona?”, “Eso no sirve para nada”, “¡Cuéntame qué tal te va! Yo también necesito uno”’, “No lo uses, es malo”, “Voy a encargarlo, estoy fatal de la espalda”… Los mensajes que se sucedieron ante una foto del susodicho compartida en los Stories de mi cuenta de Instagram revelan que la preocupación que me llevó a probar el aparato está más extendida de lo que pensaba. ¿Está el teletrabajo perjudicando a nuestras espaldas?

Según Google Trends, un indicador bastante más fiables que mis insignificantes redes sociales, el término de búsqueda ‘corrector de postura’ se disparó en septiembre de 2020. El dato queda reforzado por las cifras de venta de Amazon, donde uno de los modelos más vendidos de este artilugio supera las 23.000 reviews, convirtiéndolo en uno de los productos más comentados de la plataforma. ¿Qué opinan los expertos de este fenómeno?

“Hay que tener cuidado con ellos porque en la vida real no vas acompañado de ningún aparato”, explica Pilar Domínguez. La fundadora del Instituto que lleva su nombre y creadora de uno de los métodos específicos más exitosos para la corrección y la consciencia postural, advierte de que su uso puede ser puntual si con él se experimenta algo de alivio, pero que “el mejor aparato es tu propio cuerpo y para corregirlo funciona el ejercicio: estirar, endurecer, colocar, rotar… Hay que trabajar músculo por músculo”, señala la experta.

En sus centros, situados en Barcelona y Valencia, han notado un aumento considerable de las consultas desde que comenzó la pandemia, algo que les ha llevado a lanzar una plataforma virtual en la que ofrecer sus clases de manera online ante la demanda de sus pacientes. “Hemos visto que se han acentuado patologías como escoliosis, trocanteritis, lumbagias, dolores cervicales… Ahora también en personas sanas que a raíz del confinamiento y el teletrabajo vienen con contracturas, dolores articulares, estrés y mucho dolor en el piramidal motivado por tantas horas de estar sentado”, añade Ana Andrés, del Instituto Pilar Domínguez.

“El teletrabajo tiene innumerables ventajas, pero también presenta inconvenientes y la espalda es la gran sufridora”

“El teletrabajo tiene innumerables ventajas, pero también presenta inconvenientes y la espalda es la gran sufridora”, explican desde Assari, un centro médico deportivo y de fisioterapia de referencia en Madrid en el que las consultas relacionadas con dolores de espalda también han alcanzado su pico en los últimos meses. “Estamos tratando todos los días contracturas y molestias que tienen su origen en trabajar con el ordenador desde casa. Hay diversos motivos: mantener posturas incorrectas al no tener mobiliario adaptado a las normas básicas de ergonomía laboral, la falta de movilidad y haber perdido hábitos de entrenamiento. El dolor surge por una suma de variables como mantener posturas incorrectas durante un tiempo prolongado o no tener la musculatura tonificada. Aunque durante el confinamiento la gente se sumó al entrenamiento on line, a día de hoy hay mucha gente que ha dejado de ir al gimnasio y ha perdido buenas costumbres de rutinas de ejercicio. La tensión, la ansiedad y las emociones que vivimos en las circunstancias actuales, pueden incrementar las molestias de espalda. Dormir mal tampoco ayuda….”, señala Inma Blanquer, directora de Assari.

PONÍENDOLE SOLUCIÓN AL ENCORVAMIENTO

Que The Golden Ratio, la ilustración de Evan Lian para The New Yorker en la que podemos ver la incorrectísima postura que adoptamos por sistema delante del ordenador, se haya hecho viral (estampándose en camisetas y tazas) da buena cuenta de lo necesitados que nos encontramos de guía ergonómica.

La cuestión es tan importante que los talleres específicos de colocación postural para el entorno laboral son, desde hace 10 años, una de las ramas del Instituo Pilar Domínguez, donde han ofrecido sus servicios de asesoramiento de Empresa Saludable a firmas como Nissan o los hoteles Catalonia. Pero cuando la oficina se traslada a casa (donde probablemente no tengamos un espacio de trabajo adecuado) las dudas se disparan y los problemas se acentúan.

“Lo ideal para teletrabajar es contar con un asiento ergonómico y regulable, pero como es muy probable que en casa no lo tengamos tenemos que intentar adoptar posturas correctas. Seguir sencillas pautas de higiene postural es la mejor prevención. Hay que buscar una posición lo más neutra posible”, explica por su parte Inma Blanquer. Para ello recomienda mantener los hombros relajados, que caigan naturalmente, y para ello es importante que la altura del asiento se corresponda con la altura de la mesa. “Si no es así subiremos los hombros o los bajaremos de una manera forzada que afectará al cuello y/o escápulas”, apunta. “La pantalla del ordenador debería situarse a la altura de los ojos y a unos 45 centímetros de distancia. Deberíamos llevar nuestro mentón ligeramente hacia abajo, lo que nos ayudará a no forzar las cervicales. Si trabajamos con un portátil tendremos que hacer uso de nuestra imaginación para poder ajustar la altura de la pantalla según rezan los principios básicos de higiene postural que hemos comentado”, concluye.

Privados de los desplazamientos diarios y de las típicas conversaciones de máquina café, también es muy frecuente que durante las largas jornadas de teletrabajo a algunos se les olvide hasta levantarse de la silla. “Es muy importante hacer pequeñas pausas, para levantarnos y movernos, aunque sean solo unos pasos, hidratarnos y movilizar las articulaciones”, apunta Inma sobre este aspecto. “Tenemos que evitar estar en posición estática periodos prolongados. Si vamos a hablar por teléfono ponernos unos auriculares y hablar caminando. Es muy recomendable hacer sencillos gestos de activación: estirar brazos, girar muñecas, movilizar cuello, subir y bajar hombros, intentar aproximar y alejar las escápulas, girar el tronco, mover la cadera en círculos, subir las rodillas y hacer rotaciones con los pies. Un repaso de arriba a abajo que nos movilice el cuerpo entero, dedicar unos minutos a resetear el cuerpo, lentamente y con conciencia”.

Y es que si en algo coinciden todos los expertos es en completar todos estos pequeños consejos con una rutina real de ejercicio físico. “El éxito radica en ayudar a las personas a aprender, interiorizar y corregir su mala postura y saber aplicarlo en su vida cotidiana, deportiva y ahora en las rutinas laborales del teletrabajo”, apunta al respecto Ana Andrés. Si no tenemos un buen tono muscular general, de nada sirve intentar permanecer erguido en nuestros escritorios.

“Es que no es solo una cuestión de la columna vertebral”, añade Pilar Domínguez. “Tiene que ver con todo: desde cómo colocamos la punta del pie hasta la punta de la cabeza, pasando por la pelvis, que afecta directamente a las lumbares y repercute en dorsales y cervicales. Si aprendes a colocar bien tu cuerpo sabrás mantenerlo en una buena posición ya estés cocinando, andando por la calle o trabajando delante de un ordenador. Recuerda que el mejor corrector somos nosotros mismos”.

Texto original publicado en la Revista VOGUE

 

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