El próximo11 de abril más de 13 millones de ecuatorianos están habilitados para elegir Presidente y Vicepresidente de la República, entre dos candidatos. Un tercer candidato, Yaku Pérez, ha optado por el voto nulo como un especie de protesta en lo que ha considerado un fraude a su candidatura que logró una votación histórica en las últimas elecciones del 7 de febrero, algo que nunca ha recibido Pachakutik, creado en su momento como el brazo político de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie).
Sus principales defensores, sin embargo, son dirigentes de la Conaie que mostraron un tibio respaldo a la candidatura de Yaku Pérez y que nada dijeron cuando la campaña de Andrés Arauz intentó montarse en su carro y convertirse en el candidato del movimiento indígena.
Fue el golpe de efecto, muy bien aprovechado, de un encuentro casual nunca desmentido cuando la dirigencia de la Ecuarunari salió al paso a asegurar que las bases estaban con la candidatura de Yaku Pérez. Jaime Vargas y Leonidas Iza, que posaron con Arauz, se conformaron con enviar un comunicado que nadie leyó.
El voto nulo también es impulsado por dirigentes del exMPD, un partido al que el expresidente Rafael Correa, que apaña la candidatura de Arauz, les quitó no solo la UNE sino hasta el Fondo del Magisterio por participar en las protestas en su contra cuando intentaba defender la reelección indefinida. Esos dirigentes que estaban en la campaña de Yaku Pérez no obtuvieron ni una curul en la Asamblea, toda la votación se fue a Pachakutik.
El voto nulo y blanco, históricamente, nunca ha alcanzado ni el 10 por ciento de la votación. Y nunca ha sumado al binomio ganador. ¿Por qué la polémica? Tal vez porque hay momentos de decisiones, sobre todo porque el expresidente Rafael Correa, en un alarde de triunfalismo, comenzó a anunciar una cacería de brujas contra los que llama sus enemigos personales, ni siquiera de su movimiento político.
El voto nulo viene a ser como una opción pírrica, contra la que se decantó Perú cuando Keiko Fujimori parecía la virtual ganadora de la Presidencia. La memoria histórica de la izquierda peruana pudo más que cualquier ego. Porque lo importante es decidir, no quedarse parado a la vera del camino como si la gente no recordara.