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El sistema político refleja una crisis de valores

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Tal como ocurrió en la primera vuelta electoral en el país, para esta segunda vuelta, en la que se elegirá al nuevo presidente de la República, algunos movimientos y partidos políticos promocionan el voto nulo.

Sin embargo, no hay que sobredimensionar el posible resultado que tengan estas campañas que lo propician. El contexto político así como los resultados de la primera vuelta muestran que, efectivamente, hay muchas personas que no se encasillan dentro de la visión del correísmo o anticorreísmo y buscaron otras opciones. Y es lo que se traduce en la votación obtenida por los candidatos Yaku Pérez o Xavier Hervas.

De hecho, estos candidatos tuvieron varios aciertos en la primera vuelta que los llevó a ubicarse en el tercer y cuarto puesto. Son movimientos que tienen estructuras y trabajan mucho en el territorio, muy cerca de la gente y los votos están ahí, no en las redes sociales ni en Tik Tok. Nada a pesar de las circunstancias es más importante que el trabajo en territorio.

En caso de que los votos nulos superen la cantidad de votos válidos recibidos por la totalidad de candidatos, sería una causal para declarar la nulidad de la elección, según lo establece el artículo 147 de la Ley Orgánica Electoral.

Pero no es un escenario ni siquiera cercano al que tendríamos en la segunda vuelta; al contrario, una semana antes de la primera vuelta el margen de indecisión era de alrededor del 25%, pero parte de ese grupo votó por un candidato y es lo que posiblemente ocurrirá en el balotaje.

De llegar a ganar el voto nulo, se profundizaría más la crisis política y social por la que atraviesa nuestro país, en donde además convergen otras crisis como la sanitaria producto de la pandemia, la crisis económica que veníamos arrastrando desde antes del 2020, además de la crisis penitenciaria y una de las más preocupantes, la crisis de valores que se refleja en nuestros políticos y en el sistema político.

Las consecuencias que ello generaría, sería una profundización aún más grave en esa falta de credibilidad y desconfianza de los ciudadanos hacia el sistema político, las instituciones, hacia el gobierno y los mismos partidos políticos. Y además se repetiría el proceso electoral, lo que implicará destinar nuevamente un presupuesto que no tenemos, para llevarlo a cabo.

Hay que tomar en cuenta que los votos nulos no son contados dentro de la votación final,  sino que son sacados por completo de los votos válidos que son los que se cuentan al final de la elección.  El voto nulo antes que castigar a cualquiera de los dos candidatos, favorece a aquel que vaya primero en la votación y esté mejor posicionado.

El voto nulo antes que castigar a cualquiera de los dos candidatos, favorece a aquel que vaya primero en la votación y esté mejor posicionado

Por ello, los dos candidatos tienen un gran desafío, porque la decisión la van a tomar aquellos que no fueron parte de sus audiencias en la primera vuelta y en el caso del candidato Guillermo Lasso, esto se ha evidenciado en las anteriores campañas, por eso ahora busca acercarse a los sectores estratégicos. Además de los jóvenes, los candidatos están inclinándose por distintas causas como los derechos de la mujer, la equidad de género, el cuidado del ambiente y las fuentes de agua.

Es importante recalcar que en esta elección nuestro electorado cambió, son los jóvenes, los Millennials y los Centennials, que representan casi el 50% del padrón electoral, quienes tienen la decisión de poner al nuevo presidente del Ecuador. Y este grupo tiene otras exigencias, otras expectativas y además está forzando a que la forma de hacer política en el país cambie. Porque los candidatos están obligados a mostrarse mucho más cercanos, más inclusivos, más abiertos a una comunicación horizontal, que es lo que ha traído las redes sociales y que a su vez representa un gran desafío para Lasso y Arauz.

En el caso del candidato Andrés Arauz y su movimiento, pensaron que eran igual de fuertes como antes, que podían hacerlo solos, pero se dieron cuenta que no.  Para esta segunda vuelta está tratando de distanciarse de Rafael Correa, lo sacaron de las imágenes, ya no lo vemos más.  Por su parte, Lasso apostó por el “Ecuador del Encuentro”, esta narrativa alrededor del diálogo, de la unión, que definitivamente es lo que los ciudadanos quieren. Los ciudadanos no quieren discursos polarizantes, ni divisiones, ni más emociones negativas, porque el año pasado giró entorno al miedo, la incertidumbre y el pesimismo que trajo la pandemia. En ese escenario no funcionan las campañas negativas, de miedo ni de odio, sino las campañas positivas y propositivas como lo hicieron en primera vuelta tanto Yaku Pérez como Xavier Hervas.

Sin embargo, estos 18 días que restan para ir a las urnas, no son suficientes para que los dos candidatos se posicionen en todos estos temas que no han sido parte de sus agendas, no les alcanza el tiempo. Veremos en estas semanas cuál de los dos candidatos logra transmitir confianza a estos electores, porque el voto en esencia es un depósito de confianza del elector al político.

Vimos a Guillermo Lasso firmando un compromiso con las mujeres por el tema del Día de la Mujer, tenemos su presencia mucho más activa al igual que la de su esposa, para fortalecer esa idea del acercamiento a las mujeres. También hemos visto a Andrés Arauz incluyendo otros temas en la discusión, alejados ya de esos $1000 que fueron su promesa más comentada de la primera vuelta.

Ambos candidatos incorporan dentro de su estrategia de campaña las plataformas nuevas como Tik Tok, haciendo videos en vivo, eventos con representantes del sector indígena y más.

Para concluir, es importante que los ciudadanos no pierdan la fe en nuestro sistema político, en nuestra democracia, en nuestro país. Hay muchísimas iniciativas ciudadanas que están formando una nueva generación de líderes políticos, que traerán mejores días para este país. Los jóvenes hemos demostrado que sí nos interesa la causa política y que buscamos ser representados políticamente.

Pero así como tenemos derechos, no hay que olvidar que como ciudadanos, tenemos obligaciones. Recordemos que la democracia es de dos vías y no la podemos dejar solo a los políticos, tenemos que participar e involucrarnos, porque la política debe ser de los ciudadanos. Es nuestra responsabilidad estar pendientes y participar en los asuntos públicos de nuestro país, y aportar para lograr esos cambios que esperamos para el Ecuador.

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