El viaje de casi siete meses de la Tierra a Marte de la sonda espacial Perseverance terminará con un desafiante intento de aterrizaje en el planeta rojo que nadie podrá seguir en tiempo real por la diferencia de comunicaciones de 11 minutos entre ambos planetas, según la agencia Efe.
El éxito o fracaso del peligroso aterrizaje mantendrá en suspenso a la agencia espacial estadounidense NASA durante los siete minutos de terror entre la llegada del vehículo espacial a la fina atmósfera marciana y la superficie de ese planeta.
Este rover, de 6 ruedas y unos 3 metros de largo, tendrá que defenderse solo durante esos minutos de la difícil maniobra de descenso y además durante el retraso de comunicaciones de 11 minutos con el Laboratorio de Propulsión de la NASA (JPL) en California en caso de emergencia.
José Antonio Rodríguez Manfredi, responsable ante la NASA de una pequeña estación meteorológica a bordo del Perseverance, dijo este miércoles a Efe que los aterrizajes en Marte son “muy complejos porque todo tiene que ser automático por el retraso de las comunicaciones”.
“Es peligroso, el vehículo es muy pesado, muy grande y hay que depositarlo suavemente”, manifestó el científico español.
“En menos de 7 minutos pasa de 20.000 kilómetros por hora a ser depositado sobre la superficie, y todo eso funcionando de manera automática. El ordenador que tiene a bordo lo tiene que controlar todo”, precisó.
Si resulta exitoso, será el primer aterrizaje de la NASA en Marte desde Curiosity (2012) y se sabrá en algunos minutos, y en caso opuesto, el silencio hablará por sí mismo.