La película del Joker fue una de las más taquilleras por la manera en que se contó la historia del villano de DC comics, sin embargo, una de las cosas que más ha llamado la atención son los trastornos psicológicos que podían analizarse en la producción cinematográfica.
En su último día de la Semana Interuniversitaria de la Psicología 2020 tuvo como invitado a Mario Albán Robayo, psicólogo y docente de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador quien analizó los aspectos psicológicos que se muestran en el cine a través de las películas, así como el Joker.
El debate sobre las representaciones de enfermedades mentales en el cine ha ido empezando a tomar conciencia sobre problemas de salud mental relativamente comunes como la depresión y la ansiedad y patologías más fuertes como la sociopatía y psicopatía.
Albán menciona que el Joker es el síntoma de una sociedad, es la representación del caos de la ciudad que lo transformó en un ser violento. Desde el inicio de la película se ve a Arthur Fleck como un hombre desequilibrado, con alucinaciones y cambios de humor, al que todo el mundo trata mal esto se debe a que la sociedad no complace sus necesidades, las mismas que debe satisfacer en sus alucinaciones.
En las películas es muy común que utilicen a los personajes y sus características físicas y mentales como un medidor de avance de la trama. En el caso del Joker la vecina de Arthur Fleck fue el medidor para el avance de la película. El punto de quiebre del personaje fue muy marcado, el instante en el que mata a su madre, pasa de ser un hombre abusado por la sociedad para convertirse en un villano que respondía a todos estos ataques.
A pesar de todos los análisis, es complicado identificar a ciencia cierta cual era el trastorno que padecía el Joker, existe un debate en que si era un psicópata o un sociópata. En ese contexto, los sociópatas son generalmente menos estables emocionalmente y altamente impulsivos; su comportamiento tiende a ser más errático que el de los psicópatas. Los psicópatas, por otro lado, planean sus crímenes con detalle, dejando pocas pistas que puedan conducir a ser atrapados. El Joker en sí, manifiesta varios trastornos psicológicos, algunos producidos por la sociedad y otros propios desde el nacimiento.