Las elecciones de Estados Unidos están más reñidas de lo que habían adelantado las encuestas. Y tanto el presidente Donald Trump como el exvicepresidente Joe Biden se han mostrado convencidos de su victoria.
Las proyecciones de resultados muestran a Trump y Biden en una ajustada carrera para hacerse con los 270 delegados en el Colegio Electoral que necesitan para ganar la presidencia.
Algo que está muy lejos de la clara victoria de Biden que habían anunciado los sondeos.
Hasta bien entrada la madrugada ambos candidatos habían mantenido el mapa electoral como el de 2016. Solo el recuento parcial de Arizona, favorable para Biden y que Trump ganó hace cuatro años, apuntaba un cambio respecto a las últimas elecciones.
Así es que el resultado se va a decidir en el cinturón industrial que forman Michigan, Wisconsin y sobre todo Pensilvania, que en 2016 fueron clave en la victoria de Trump y que ya habían advertido de que iba a necesitar más tiempo para completar el escrutinio.
En medio de esos retrasos y con millones de votos todavía por contabilizar, el presidente salió a darse por ganador y a hablar de un fraude del que no presentó evidencia alguna.
“Los resultados han sido fenomenales y nos estamos preparando para una gran celebración”, dijo Trump desde la Casa Blanca.
“Esto es un fraude para el público estadounidense, francamente ganamos la elección. Es un enorme fraude. Vamos a acabar en la Corte Suprema”, adelantó.
“Millones de personas votaron por nosotros y un grupo triste de gente está tratando de privarles de sus derechos y no lo vamos a permitir”.
Trump llevaba meses sembrando dudas sobre el voto por correo e insistiendo en que el ganador debía ser proclamado en la misma noche electoral, algo que generalmente solo sucede por las proyecciones de los medios nunca por los funcionarios públicos responsables.
En la última semana había cuestionado también la organización de Pensilvania, que cuenta como válidos los votos por correo recibidos en los tres días posteriores a las elecciones siempre que fueran entregados en correos dentro del plazo.
na portavoz de la campaña de Biden calificó lo dicho por el presidente de “indignante” y “sin precedentes”.
“Nunca antes un presidente había buscado privarles a los estadounidenses de su voz en una elección nacional”, señaló en un comunicado Jen O’Malley Dillon.
“El recuento no va a parar. Va a seguir hasta que cada voto válido sea escrutado. Porque es lo que dicen nuestras leyes”, agregó.
El expresidente, horas antes, había comparecido para mostrarse seguro de que terminará siendo el ganador aunque pidió paciencia para que finalice el escrutinio.
“Los resultados los sabremos mañana o tal vez más tarde (…). Mantengamos la fe, vamos a ganar”, dijo Biden poco después de media noche desde Delaware, donde reside.
“No me corresponde a mí ni a Donald Trump declarar el ganador de esta elección, esto es una decisión del pueblo estadounidense”, agregó.
Biden insistió en que las elecciones no terminan “hasta que el último voto haya sido contado”.
Y expresó su confianza en va a ganar los 11 votos electorales de Arizona, que en 2016 votó por Trump y donde iba por delante en el escrutinio. También dijo tener esperanzas en Georgia, donde el recuento provisional apuntaba hacia Trump pero tuvieron que interrumpirlo por un problema técnico y lo retomarán este miércoles.