La indisciplina se ha convertido en el principal factor para el aumento de los contagios del Covid-19 en Quito, la ciudad con más casos en aumento en el país. Según datos oficiales, existen sectores donde la gente no respeta el distanciamiento social, no usa mascarillas o las lleva como si fuera un collar. Es como si no existiera conciencia de que la pandemia está todavía ahí en la calle. Las fiestas clandestinas no han parado, ni siquiera el transporte municipal respeta el aforo establecido. En horas pico se puede ver los buses llenos.
Según el Ministerio de Salud, solo en Cotocollao, con alrededor de 30 mil habitantes, se registran 98 contagios por cada mil personas; la tasa más alta de las 65 parroquias del Distrito Metropolitano. Lo mismo ocurre en La Magdalena, al sur de la ciudad, con un promedio de 86 casos por cada mil habitantes. En Chillogallo, Calderón-Carapungo y Guamaní la situación es similar.
La indisciplina y la falta de corresponsabilidad son factores que, sin duda, ayudarán a empeorar no solo la crisis sanitaria que vive el país, sino también la crisis económica, porque nuevas medidas de restricción se harán obligatorias, hasta un posible nuevo confinamiento cuando la economía va camino a la reapertura.
La corresponsabilidad implica desde parar las fiestas clandestinas en los mismos hogares y tomarse en serio las medidas de bioseguridad. En muchos lugares el tema del termómetro, aunque no está demostrado su eficacia, ha pasado a ser un asunto de rutina. Un trámite burocrático más.
Cuando los casos sean más visibles, la gente volverá a encerrarse y a ese paso va a ser muy complicada una plena recuperación económica, sobre todo en sitios donde había mucha afluencia de turistas y ahora tienen letreros de Se arrienda o Se vende. Hay medidas para evitar la propagación del virus, pero siempre y cuando haya la voluntad personal de cumplirlas a cabalidad.