El último reporte oficial registra una disminución en cuanto a realización de fiestas y eventos no permitidos, pese a la dificultad de hacer cumplir el distanciamiento social, tal vez por la idiosincrasia latina muy dada a la cercanía y los abrazos. Y también por la necesidad de moverse, la reactivación productiva no puede hacerse solo desde los emprendimientos en casa.
La semana pasada las aglomeraciones se incrementaron en un 19% a escala nacional, centrado sobre todo en el transporte urbano. En Quito es evidente el irrespeto a las normas de bioseguridad. En zonas bastante pobladas el desorden ha sido la norma en el tema de la movilidad en el trasporte público.
El ECU911 ha registrado 57.746 alertas por aglomeraciones a escala nacional, de las cuales 13 mil ocurrieron en Quito, es decir el 23 por ciento de todo el país. Muchas relacionadas con el retorno al trabajo presencial en las instituciones públicas, con la consecuente afluencia de personas en horas pico.
Guayaquil ha dado un paso al permitir la libre circulación vehicular con el fin de evitar las aglomeraciones en el transporte público. Hasta ahora no se sabe si esa es una medida adecuada, porque en la pandemia inédita todo es aprendizaje. Quito también analizará el tema con los gremios de la producción. la idea es evitar trabas para la recuperación de la economía atada a la recuperación del empleo y el consumo.
La salud y la economía deben ir de la mano, al igual que la corresponsabilidad ciudadana para evitar rebrotes o nuevos confinamientos.