El alcalde de Guamote, Delfín Quishpe, tiene ahora medidas cautelares dictadas por un juez como la prohibición de salir del país, la enajenación de bienes además de presentarse periódicamente ante la Fiscalía, como parte de las investigaciones llevadas adelante por el presunto delito de tráfico de influencias en la compra de insumos durante la emergencia sanitaria declarada para mitigar la propagación del Covid-19.
El caso ha mostrado el nivel ético de personajes públicos que gozando de fama y admiración, como el caso de Delfín Quishpe o Carlos Luis Morales, decidieron correr por un cargo de elección popular. ¿Para qué?, ¿ ¿cuál ha sido su experiencia en la administración de una ciudad, una provincia o en la legislación de normativas para el convivir ciudadano, el pacto social que le llaman?
Las investigaciones hasta ahora demostraron la existencia de un estructura montada hace años y aprovechada por gente que ronda los círculos de poder, que se mueve entre las sombras.
“Dicen que tienen pruebas, vamos a ver”, dijo Quishpe a un medio digital de Chimborazo luego del operativo realizado el 4 de junio pasado cuando se allanaron las instalaciones del Municipio de Guamote. En aquella ocasión la Fiscalía anunció que se recabaron computadores y documentación relacionados a la compra de kits emergentes con presunto sobreprecio, durante la emergencia sanitaria.
Desde hace algunos años se ha instaurado la idea de que un cargo de elección popular garantiza inmunidad y cierto grado de prepotencia contra las instituciones del Estado. Muchos juzgados, sentenciados, encarcelados y hasta prófugos decidieron presentarse como candidatos en 2021 para bloquear posibles órdenes de prisión.
Durante la década pasada también se instauró la idea de que la justicia era solo para los opositores políticos con un Consejo de la Judicatura que actuaba como una especie de espada de Damocles sobre jueces y fiscales. Si algo hay que destacar de esta especie de transición es el grado de independencia dado a la justicia que no ha debido permanecer pendiente de las órdenes emanadas de unas sabatinas tediosas.
Delfín Quishpe tendrá todo el tiempo del mundo para demostrar su inocencia, pero hay una justicia en marcha. Y casos como las compras con sobreprecios de insumos médicos durante la peor emergencia que ha vivido el país no puede caer en saco roto. Si hay contratos dudosos esos deben ser investigados y los responsables puestos a buen recaudo, porque la indignación colectiva es mucha.