La Justicia estadounidense aceptó a petición del Gobierno poner fin a toda una serie de normas antimonopolio que han marcado el funcionamiento del negocio de la producción, distribución y exhibición de cine en el país desde hace unos 70 años. Una juez federal de Nueva York dio el visto bueno a la solicitud de la Administración, al considerar que ha ofrecido una explicación razonable y convincente de por qué poner fin a los conocidos como Decretos Paramount va en el interés público y de la libre competencia, según la agencia Efe.
Las normas, aprobadas entre finales de los años 40 y principios de los 50, han marcado desde entonces las operaciones en la industria cinematográfica, al prohibir entre otras cosas que los estudios operen salas de exhibición, algo que habían hecho hasta entonces.
Los Decretos Paramount también vetaron otras prácticas que eran habituales, como el obligar a los cines a comprar paquetes de películas, en los que se incluían grandes éxitos junto a otros títulos mucho menos demandados, y el dar licencias únicas para mostrar filmes a todos los establecimientos de un mismo grupo en vez de uno por uno.
La decisión de la jueza tiene efecto inmediato, aunque prevé un periodo de transición de dos años para estos dos últimos asuntos.
La justificación del Gobierno, que acepta la Justicia, es que el mercado ha cambiado lo suficiente desde entonces como para que los estudios puedan limitar la distribución de películas a un reducido grupo de salas, por lo que estas normas ya no son necesarias.
Ños cines independientes y pequeñas cadenas han advertido de que el fin de estas reglas puede poner en peligro su supervivencia, en un mercado muy controlado por tres grandes compañías, que son propietarias de casi la mitad de las salas.