Las frutas se mueven. Ahora todo está concentrado en la disputa por la candidatura del correísmo. Una alianza de ese grupo con la Confederación de Nacionalidades Indígenas es impensable. Lo primero que hizo Leonidas Iza fue alejarse de esa posibilidad para garantizar su candidatura en las primarias de Pachakutik. El movimiento indígena fue el más perseguido por el correísmo, no solo con el intento de quitarle su histórica sede, sino de anular todo su pasado.
Álvaro Noboa ya ha declinado su candidatura para buscar una alianza que impida un reconstitución de un movimiento que piensa en sus líderes y en el empobrecimiento de sus ciudadanos, el correísmo. Líderes fuertes con el control de todas las instituciones del Estado y ciudadanos pobres, iguales en su desgracia, mientras sus líderes viajan en aviones privados comprados con dineros públicos.
Jaime Nebot también retiró su candidatura. Las opciones se achican. El sueño de retornar al poder del expresidente se va haciendo más corto. Su haz bajo la manga que es Paola Pabón tiene un grillete. Jorge Glas acumula sentencias. Marcela Aguiñaga es un globo de ensayo, al igual que Pierina Correa. Gabriela Rivadeneria aún no ha aclarado cómo sigue pagando el crédito al BIESS para la compra de su mansión promocionada en un revista de farándula ecuatoriana.
La fichas están echadas, con algo cierto. Nadie quiere reeditar la experiencia de Venezuela en Ecuador. Una experiencia de migración y éxodo, la más amarga experiencia que ha contemplado la región y el mundo.