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Otra vez una flota pesquera acecha Galápagos

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Son unas 260 embarcaciones entre pesqueros, buques de abastecimiento y bodegaje detectadas por la Armada ecuatoriana fuera del límite de la Zona Económica Exclusiva Insular de las Islas Galápagos. Una flota depredadora de la flora y fauna del archipiélago que ya ha atacado antes en busca de las aletas de tiburón muy preciadas en el mercado asiático.

En mayo pasado fueron incautadas en Hong Kong, China, 26 toneladas de aletas de tiburón, pertenecientes a 38.500 ejemplares de tiburones zorro y sedoso, especies protegidas, provenientes de Ecuador. Ken Chan Hon-ki, oficial del Departamento de Agricultura, Pesca y Conservación, aseguró que las aletas fueron removidas de 31 mil tiburones zorro y 7.500 sedosos. La cifra duplicaba a la obtenida durante el 2019, cuando se incautaron 12 toneladas de estas aletas.

El Comando de Operaciones Navales aseguró que ahora mantiene una constante vigilancia de los espacios marítimos con aeronaves de la Aviación Naval para realizar exploración aeromarítima en la Zona Económica Exclusiva Continental e Insular para evitar actividades de pesca ilegal. Antecedentes existen, como el buque chino FU Yuan Yuleng detenido en el año 2017, cuando ingresó ilegalmente a la Reserva Marina de Galápagos con especies protegidas en sus bodegas. Unas  300 toneladas de tiburones.

El impacto ambiental de estas actividades sobre los océanos es incalculable, porque la mayoría de las especies encontradas en ese barco habitan y transitan por el archipiélago, dinamizando los ecosistemas. En 2019, la Corte Nacional de Justicia ratificó el pago de una reparación integral de  $6,1 millones a favor del Parque Nacional Galápagos. Y ratificó la pena en contra de los veinte ciudadanos de nacionalidad china, tres años para los autores (cuatro personas) y un año para los cómplices (dieciséis personas) por el delito contra la flora y fauna silvestres.

Sin embargo, parece que poco pesan los antecedentes judiciales.

La humanidad ha agotado los recursos del planeta al punto de llegar a acabar con sus existencias. La pandemia del coronavirus solo ha mostrado la dimensión de la tragedia. Es hora de cuidar los recursos naturales, sobre todo en zonas tan sensibles como las Islas Galápagos, de eso depende el futuro del mundo, su habitabilidad.

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