Después de que dos ministros abandonaran el Gobierno en plena crisis del coronavirus por diferencias con el presidente Jair Bolsonaro, los militares se han multiplicado en los puestos clave de la cartera, la mayoría nombrados por el ministro interino, el general Eduardo Pazuello. El Ministerio, acéfalo desde hace 59 días, está inmerso en una disputa política y ha perdido protagonismo en la grave crisis sanitaria, según diario El País.
Las reuniones en el Ministerio de Sanidad, según El País, se han convertido en juntas en las que los militares siempre evocan el nombre de Pazuello. Se les exige entregas y plazos y cada vez hay menos espacio para discusiones técnicas que guíen las políticas nacionales de salud pública. Todo esto habría provocado una ruptura en la agenda de la cartera, responsable de coordinar el complejo mecanismo del Sistema Único de Salud, cuyas acciones las llevan a cabo los Estados y Ayuntamientos.
“Estamos viviendo hace meses una situación muy difícil. Allá adentro, los colegas están muy angustiados. Muchos técnicos van a trabajar en persona, pero se avergüenzan de usar un cubrebocas, como si fuera una actitud ideológica. Es como si se hubiera convertido en comunista. Quien está con el Gobierno no usa una mascarilla“, ha dicho un empleado que ha trabajado en la cartera durante 15 años.
Brasil roza los 1,9 millones de casos de Covid-19 y se aproxima a las 73 mil muertes. Las cifras han llevado a un ministro de la Suprema Corte, Gilmar Mendes, a decir el fin de semana pasado que el Ejército se está asociando a un genocidio. La fuerte presencia de militares en el Ministerio de Sanidad, que comenzó con la gestión relámpago de Nelson Teich y se consolidó con la de Pazuello, también se refleja en la tensión interna. Durante la pandemia se han nombrado al menos a 25 militares, la mayoría sin experiencia en sanidad.
En las reuniones internas los militares siempre mencionan el nombre del ministro interino Pazuello al pasar las directrices a los equipos, algo que no sucedía en las administraciones anteriores.El País señala que las discusiones técnicas han perdido relevancia, incluso en otras áreas que no están directamente relacionadas con la pandemia y que no pueden paralizarse por la crisis. Es el caso de las acciones para controlar enfermedades como la diabetes y la hipertensión, las campañas contra el dengue y las políticas para la salud de la mujer.
“Estas agendas se están descuidando. La situación interna actual es muy mala. Las agendas son muy restringidas y antitécnicas. Los militares no conocen el área y no dejan que los técnicos se manifiesten. Muchos están dejando de opinar gradualmente, porque es muy vergonzoso. Yo soy uno de estos”, dice un funcionario que ha preferido no identificarse.
Brasil ha estado sin ministro titular de Sanidad en los últimos dos meses. Durante este tiempo, el cargo lo ha ejercido interinamente el general Pazuello. Bolsonaro ya ha dicho que no va a permanecer en el puesto para siempre, pero ha advertido de que no hay una fecha límite para nombrar a otra persona. construido una estrategia nacional para combatir el virus”, añade.