Hoy en día la mayoría de los docentes se ha centrado en abordar el tema epidemiológico relacionado a la situación actual que estamos viviendo con el Covid-19. Y eso está bien. Lo importante también es aprovechar esta fase de aislamiento para incentivar en los niños y jóvenes el interés por la lectura de manera voluntaria. Un enunciado del científico español Pedro Laín dice: Quién lee no está haciendo algo, se está haciendo alguien. Es muy importante tomar en cuenta esto y darle más importancia a la lectura.
La mayoría de las personas tiene acceso a las redes sociales y se les presta mayor interés porque son una ventana a las noticias del mundo. Gran parte de sus lecturas se reducen a estas plataformas. Sin embargo, en la Internet hay abundante material de lectura que los jóvenes y niños han podido tener acceso por una serie de circunstancias, en especial por haber perdido el interés por la literatura y otros bienes culturales que sirve para engrandecer la educación y la cultura de una persona.
Si el lector aplica estos cuatro niveles de letura son suficientes para logar un adecuado comportamiento lector: el primer nivel, al cual lo llamo metalingüístico, se refiere al manejo adecuado de las reglas ortográficas, semánticas y pragmáticas que contribuyen a la comprensión de un texto. En este nivel lo importante es hacer conciencia del uso adecuado de la lengua. Esta falta de interés en la lengua, sobre todo en la ortografía, la han provocado las redes sociales debido a que una gran mayoría de usuarios escribe tal como hablan, y no se preocupar por escribir adecuadamente; y, también porque no todo el contenido que se encuentra en la red es de calidad.
Si mal no recuerdo, creo que fue el Papa Francisco que decía que la Internet es una montaña de basura que de vez en cuando se encuentra una perla. Esto quiere decir que son pocos los lectores que buscan cosas de calidad para leer en Internet, pus, la mayoría se alimenta de lo primero que encuentra, sobre todo cosas vanas, sin mayor condumio intelectual y selecto para el desarrollo de lo más plenamente humano. Lo mismo ocurre con los buenos textos que se encuentran en la web, pues, ahí están sin que casi nadie los lea. Es algo parecido a lo que sucede en las bibliotecas físicas, en donde permanecen amontonados los libros sin que casi nadie los lea. Es necesario buscar a fondo y de la mano de un buen mediador que lo guíe, en un principio, al niño y al joven para que pueda encontrar buenos libros, y de manera gratuita, que contribuyan al aprendizaje, a la educación humanística y a un sano disfrute y placer, en el que el lector, con plena libertad, pueda leer el libro o el artículo que le sea el más llamativo.
La segunda fase es la comprensión literal. Cuando una persona lee algo y entiende el texto, está en condiciones de poder interpretar, esa es la tercera fase, la de la inferencia, en que la interpretación, es decir, lo que está más allá de las líneas, le sirve al lector para especular, para reflexionar y, ante todo, para expresar su punto de vista personal.
La última fase está en la capacidad de criticar y valorar el texto. Hay que tomar en cuenta que una persona no se convierte en un buen lector de un día para otro, es un proceso que toma mucho tiempo, con la preparación y lectura de varios textos que le vayan dando al lector pautas de pensamiento adecuadas, de carácter axiológico, válidas solo para ese lector que sabe cómo le llega un texto a su cerebro, es decir a su razón, a su entender, a su cognición y a su emocionar más sentido.
La lectura permite a la persona pensar, ensimismarse en lo leído para entender otro punto de vista y nuevas informaciones; reforzar y aprender nuevos conceptos con los que enriquece el texto, sus conocimientos personales y luego, por supuesto, enriquece a los demás compartiendo su aprendizaje.
Existe otro problema, la mayoría de las estudiantes; niños, jóvenes e incluso universitarios solo leen para estudiar y cumplir con una tarea académica. Con el tiempo esa información desaparece sin dejar ningún aprendizaje permanente. Esto empeora cuando los docentes recargan en exceso las tareas en los estudiantes, quitándoles el gusto por la lectura. Nunca se debería hacer que los jóvenes lean a la fuerza.
Si se ha presentado esta oportunidad de permanecer más tiempo en casa a causa de la emergencia sanitaria, aprovechémosla leyendo lo selecto, lo que agrada; en consecuencia, es un buen pretexto para comenzar a leer y de esta manera enfrentar esta realidad para evitar el aburrimiento, la desesperación, el desequilibrio emocional y mental.
Actualmente hay una riqueza enorme de textos literarios en las páginas de internet. Por ejemplo, la página El libro total, contiene más de 2000 libros de literatura selecta, es una empresa colombiana que se dedica a subir a la red libros clásicos de la literatura universal para todas las edades, de forma gratuita, con lo cual se podría realizar incluso colecciones virtuales de los libros imprescindibles.
Lamentablemente en este portal no se pueden descargar los libros en PDF, se deben leer únicamente en la página; para acceder a las opciones de compartir, cambiar tamaño de letra, escogerlo como favorito, marcadores de páginas, audiolibros, etc., es necesario el registro de manera gratuita con el nombre y el correo electrónico. Posee un diseño fácil de manejar para todas las edades y permite hallar los títulos deseados sin mucha complicación.
En esta plataforma, ellibrototal.com se pueden encontrar varios clásicos que se podrían recomendar, tales como Pinocho, de Carlo Collodi. Otro libro muy bueno es El Principito del francés Antoine de Saint-Exupéry, un libro filosófico muy profundo que debería ser leído no solo por niños y jóvenes, sino también por los adultos. Esta dirección también cuenta con música para acompañar la lectura de un libro.
Otra dirección es Free Editorial una plataforma con libros clásicos de literatura. En la dirección 210 libros gratis en PDF se puede encontrar información para los lectores, además de libros para descargar, almacenar en el computador y crear colecciones digitales de libros. Entre otras recomendaciones están: Ana Karenina de León Tolstói; El príncipe y el mendigo de Mark Twain; El corsario negro de Emilio Salgari; Platero y yo de Juan Ramón Jiménez; los libros de Julio Verne muy atractivos para los niños y jóvenes. Los cuentos de Horacio Quiroga. El viejo y el mar de Ernest Hemingway y tantas otras joyas que al navegar, se las va localizando para leerlas, luego, con el mejor entusiasmo y buena disposición personal.
Otra página es, Booknet, contiene cientos de libros de aventuras que pueden ser muy divertidos para los jóvenes.
Una buena manera para seleccionar una lectura radica en leer las dos o cuatro primeras páginas, y si en realidad no le llama la atención o no entiende, el lector está en plena libertad de abandonar el libro; nunca se debe sentir obligación de leer un libro porque no se lo disfrutará de la manera correcta.
En fin, existen diversas plataformas con las que los jóvenes pueden empezar a incursionar en la lectura y escritura a partir de sus experiencias. Hay plataformas en la se permite escribir asuntos literarios creados por jóvenes; con el tiempo y la practica irán reforzando las reglas ortográficas para escribir bien, lo importante es que se les ocurre escribir, y eso es saludable porque así se desarrolla el sentido de la creatividad y de la imaginación sin límites para explorar mundos en que los niños y los jóvenes se divierten porque se sienten a sus anchas, con plena libertad para expresar lo que sienten.
La UTPL tuvo un proyecto de literatura en el 2005 que publicó con el diario La Hora: 45 libros entre novelas cortas, cuentos y ensayos de autores lojanos. De mi autoría he escrito un libro titulado Expresión oral y escrita, libro base; dividido en cuatro partes, en los que se aborda sobre temas ortográficos, redacción de textos, tipologías textuales y 58 temas cortos sobre estudios antropológico-axiológico-fenomenólogico-hermenéuticos sobre la lectura, de manera que el lector pueda descubrir la clave personal que cada cual tiene para leer con el mejor agrado. A este texto se lo puede bajar de internet de manera gratuita.
En fin, atrévase, estimado lector, a buscar esa joya que de pronto aparece en su pantalla y en su cerebro para que disfrute de las mejores horas que un ser humano le puede dedicar al diálogo con un buen libro, y de su preferencia, que eso es lo bueno y lo saludable para leer con atención, y siempre con el mejor entusiasmo.