Bernie Sanders abandonó su carrera presidencial y dejó en manos del exvicepresidente Joe Biden la candidatura demócrata para las elecciones de noviembre. Biden será el encargado de tratar de evitar un segundo mandato del republicano Donald Trump en un escenario de extrema volatilidad, con la brutal crisis mundial desatada por el coronavirus. La decisión se produce con las primarias prácticamente congeladas por las medidas de aislamiento en prácticamente todo el país.
“Pocos negarán que en el transcurso de los últimos cinco años nuestro movimiento ha ganado la lucha ideológica”, afirmó en su discurso de retirada. En Estados demócratas, republicanos o bisagra “una mayoría de estadounidenses entiende ahora que debemos elevar el salario mínimo hasta al menos 15 dólares la hora, que debemos garantizar la sanidad a la gente y transformar el sistema energético”.
El senador por Vermont avanzó con fuerza en las primeras votaciones, empató en Iowa y ganó en New Hampshire y Nevada, al monopolizar el voto más progresista. La buena marcha se frenó en seco en cuanto la carrera llegó a Carolina del Sur, el 28 de febrero, cuando Biden logró un rotunda victoria aupado por el voto afroamericano, volcado en el vicepresidente de la era Obama.
Desde el Supermartes celebrado el pasado 3 de marzo, cuando Biden arrasó con victorias en 10 de los 14 Estados en juego, algunos críticos por su peso político y poblacional, las probabilidades matemáticas de Sanders no habían dejado de menguar. Las derrotas posteriores en Michigan, Misuri, Misisipi e Idaho erosionaron sus esperanzas y las de Florida, Illinois y Arizona supusieron, el 17 de marzo, algo parecido a un tiro de gracia.
“Por conciencia, no puedo seguir con una campaña que no puedo ganar y que podría interferir en el importante trabajo que hace falta por parte de todos en este momento crucial”, dijo.
La elección del candidato demócrata se hace a través de los delegados, elegidos de forma proporcional en las votaciones de cada Estado. Para hacerse con la nominación hacen falta 1.991 y de los 3.979 que hay en juego y, según los últimos datos de Real Clear Politics, Biden llevaba acumulados 1.217, frente a los 914 de Sanders. Como ocurrió en 2016, Sanders perdió ante el candidato favorito por el establishment del Partido Demócrata.