Cuando Nicolás Maduro ya se sentía seguro en el poder, después de que casi ningún país del mundo occidental lo reconociera como presidente de Venezuela, sale Estados Unidos con el ofrecimiento de una recompensa por $15 millones de dólares por su captura, acusado de narcotráfico. Y tan seguro estaba de que se consolidó en el poder que pidió al Fondo Monetario Internacional (FMI) $5.000 millones de dólares para enfrentar la crisis por el coronavirus.
La primera reacción del chavismo fue de rechazo, el asegurar que es otra forma de intentar dar un golpe de Estado. La noticia les llegó de sorpresa, como un balde de agua fría. Luego las reacciones fueron ya subidas de tono. “Como unos cowboys racistas del siglo XIX, le ponen precio a la cabeza de unos revolucionarios que estamos dispuestos a combatirlos en todos los terrenos”, dijo Maduro acompañado de su número dos, Diosdado Cabello, y Vladimir Padrino, dos de las 14 figuras del chavismo a las que las autoridades de Estados Unidos investigan por cargos de narcotráfico, lavado de dinero y terrorismo.
Al parecer, también quería combatir al FMI pidiéndole $5.000 millones de dólares.
El 22 de diciembre de 2017, el mismo Maduro que hizo esa acusación contra Estados Unidos por haberlo señalado por narcotrafico, por intermedio de su Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas emitió un comunicado para ofrecer una recompensa por la captura de Óscar Pérez, el exinspector de la institución sublevado contra ese gobierno. Ese brazo del chavismo difundió la imagen de Pérez acompañada de su cédula de identidad y un número de contacto para quien dé con su paradero.
Maduro puso precio a la cabeza de quienes intentaron liberar a Venezuela de una dictadura. La DEA pone precio a las cabezas de quienes hacen millones de dólares llevando droga a Estados Unidos imaginando que el poder político les hace inmunes. Nunca nada es de inmediato en la lucha contra las drogas. Nunca, porque la DEA no deja cabos sueltos. Y no olvida.
Pero ¿por qué la reacción de los aliados del socialismo del siglo XXI contra la oferta de recompensa por Nicolás Maduro? Porque una simple oferta como esa puede llegar a cortar los recursos que salen de Venezuela para muchas organizaciones políticas que en medio de la pandemia sueñan con volver al poder.
¿Cuántas organizaciones y movimientos de la región identificados con el chavismo reciben sus recursos? La DEA ha hecho lo que siempre ha hecho, seguir la ruta del dinero. Y es muy probable que Maduro siga en el poder por todos los millones que debe administrar, pero otros ya saben que no es intocable.