Los países más ricos del mundo anunciaron más medidas económicas para combatir el coronavirus, que ha infectado a decenas de miles de personas, desencadenado restricciones sociales no vistas desde la Segunda Guerra Mundial y que ha puesto a las economías en camino a una recesión.
En momentos en que la enfermedad, parecida a la gripe, ha infectado a más de 187 mil personas en el mundo, los gobiernos de todos los continentes implementan medidas de contención draconianas, que van desde suspender los desplazamientos aéreos hasta detener el deporte profesional.
Pero aunque el objetivo principal es evitar que siga creciendo la cifra de muertos, que actualmente llega a casi 7.500, las potencias mundiales también están centrado su atención en cómo limitar un impacto económico que inevitablemente será devastador, destaca la agencia Reuters.
En Estados Unidos, el Senado se preparaba para analizar un multimillonario paquete de emergencia que ofrezca alivio de la pandemia, pero el gobierno de Donald Trump presionaba por conseguir $850.000 millones más.
Las aerolíneas son algunas de las empresas más afectadas y las firmas estadounidenses del sector buscan al menos $50.000 millones en subvenciones y préstamos para mantenerse a flote, en la medida en que el número de pasajeros cae en picado.
Reino Unido, que le ha dicho a la gente que evite bares, restaurantes, cines y teatros, también prepara un paquete de rescate para las empresas amenazadas con la quiebra. “Ahora no es momento de ser aprensivos respecto de la deuda del sector público”, dijo a legisladores Robert Chote, jefe de la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria de Reino Unido.
En un hecho que destaca cómo la crisis ha sacudido incluso a las instituciones más tradicionales, la Iglesia de Inglaterra suspendió los servicios mientras que la Reina Isabel, de 93 años, se mudará de Buckingham Place al Castillo de Windsor, en las afueras de Londres.
Los eventos deportivos, en tanto, siguen siendo postergados. La Copa América que se jugaría este año fue aplazada hasta 2021, al igual que la Eurocopa, y Roland Garros, el tradicional torneo de tenis que se disputa en París, pospuso su inicio hasta fines de septiembre.