El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, prometió mantener el asilo o en su embajada en Bolivia a varias personas cercanas al expresidente Evo Morales, lo que ha provocado una disputa con el gobierno interino.
En noviembre, Morales se asiló en México luego de que fuera presionado a renunciar a la presidencia de Bolivia en lo que él sostiene fue un golpe de Estado. Además, nueve exfuncionarios se refugiaron en la embajada mexicana en La Paz, que denunció hostigamiento por la vigilancia policial.
A fines del año pasado la presidenta interina boliviana, Jeanine Añez, expulsó de su país a la embajadora de México y al cónsul español, luego de que el Gobierno mexicano denunció que autoridades bolivianas retuvieron los automóviles de funcionarios españoles que visitaron su residencia diplomática en La Paz.
“(El canciller) Marcelo Ebrard tiene la instrucción de que se haga valer el derecho de asilo -dijo López Obrador-. No podemos flaquear en este asunto de dar protección a los perseguidos políticos que recibieron en nuestra embajada un asilo”.
El gobierno mexicano dijo el lunes que, al menos por ahora, no tiene intenciones de romper relaciones diplomáticas con Bolivia ni declarar persona non grata a su embajador en Ciudad de México, José Crespo.
Morales está ahora en Argentina, pero la embajada de México en Bolivia dio refugio a nueve personas aliados de Morales que el gobierno de Añez culpa de agitar las violentas protestas que estallaron en el país después de la renuncia del expresidente.
Entre ellos que se encuentra el brazo derecho de Morales, el extitular de la Presidencia Juan Ramón Quintana, a quien el gobierno acusa de organizar y financiar grupos de choque durante las protestas.