El 25 de diciembre, un hombre que dijo haber participado en el asesinato de una pareja de recién casados cuando se dirigían a Palomino, una zona turística del Caribe situada cerca de Santa Marta y muy frecuentada por extranjeros, se entregó ante las autoridades.
“El día de hoy se presentó ante la Fiscalía seccional un sujeto que manifestó haber participado en el homicidio, en estos momentos esta persona está siendo interrogada por la Fiscalía y la Policía Judicial para tener avances concretos en la investigación”, afirmó el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, en una rueda de prensa.
Natalia Jiménez y Rodrigo Monsalve, ambos bogotanos, vivían en Santa Marta, en la región del Caribe, donde Natalia, antropóloga de 35 años, trabajaba para la Fundación Natura, donde dirigía el proyecto Magdalena-Cauca Vive y Rodrigo, de 40 era estudiante de antropología y un reconocido DJ de esa ciudad.
El viernes en la tarde, camino al norteño departamento de la Guajira donde tenían la intención de celebrar su luna de miel, primero con una cena con amigos, fueron interceptados en la carretera por sujetos desconocidos.
El lunes, 23 de diciembre, sus cuerpos fueron encontrados con las cabezas encapuchadas, las manos atadas y con tiros de gracia. Sus muertes han causado conmoción en las redes sociales donde la etiqueta #NataliayRodrigo es tendencia.
No sólo se lamentan del funesto hecho en la época navideña sino resaltan la inseguridad bajo la que viven los trabajadores sociales e investigadores ambientalistas en zonas de conflicto en Colombia.
En la zona por la que viajaban, entre los departamentos de Magdalena y Guajira, en el norte de Colombia, ha habido un recrudecimiento de la violencia, tanto delincuencial como paramilitar.