Por primera vez en la historia de los Globos de Oro, las cadenas tradicionales como ABC, NBC, CBS, Fox, The CW y PBS quedaron fuera de las 55 nominaciones a los premios Globos de Oro, en la categoría de televisión, encabezada por las plataformas de streaming de Netflix y HBO.
Netflix obtuvo 17 nominaciones para sus producciones televisivas y otras 17 en las categorías de cine. Dos programas de Netflix recibieron cuatro menciones cada uno: The Crown, con Olivia Colman en el papel de la monarca británica, en la categoría de drama, y Unbelievable, en la categoría de series limitadas, empatando con Chernobyl de HBO.
NBC ahora asumirá el triste papel de transmitir la gala de los premios el 5 de enero, pese a que los votantes decidieron que los programas de la cadena no son dignos de competir por los Globos de Oro. Entre las series de cadenas de TV que fueron desairadas están la popular de NBC This Is Us, igual que el año pasado, y su astro Sterling K. Brown, quien ganó el Globo en 2018 y el Emmy en 2017.
La guerra del streaming es una más de la historia en la industria audiovisual que en los años cincuenta comenzó con contenidos gratuitos en una televisión conectada a una antena que recibía las ondas hertzianas de las estaciones. Fue tan poderosa esta industria que en América Latina las estaciones estaban bajo control de los gobiernos. En realidad, acá las cosas poco han cambiado desde esa época sobre todo cuando se instauraron gobiernos allegados al chavismo que soñaron con una plataforma audiovisual capaz de reproducir toda su propaganda en un solo formato y con un solo guión.
Mientras la historia audiovisual se estacionaba en América Latina y Europa del Este, en Estados Unidos pronto pasaron a la televisión por cable con el primer canal de pago que apareció en 1970, Home Box Office, mejor conocido como HBO.
Con la llegada de la Internet en los años noventa y su vertiginoso desarrollo para aumentar la velocidad de la transmisión de datos, pronto la televisión daría otro giro, un salto gigantesco de los DVDs tipo BlockBuster al streaming, a una nueva forma de consumir contenidos. ¿Hasta cuándo? Nadie lo sabe en realidad, tal vez hasta que el punto de saturación llegue a tal nivel que la gente opte por comprar y leer un libro de papel, como en El mundo feliz de Aldous Huxley.
Por ahora la realidad está ahí, con plataformas de streaming tipo Netflix que en producción de contenidos ha invertido solo en 2019 unos $15.000 millones, monetizados con un nuevo modelo de negocio sin frontera alguna que vende no solo en Estados Unidos, sino en el mundo entero y tributa solo en Estados Unidos y en algunos países que han visto en la economía digital una nueva forma de generar ingresos para el Fisco, con la adopción de otras formas de tributación.